29/11/11

Oportunidades y retos del grupo parlamentario

Denuncia, crítica, propuestas, confluencia con los otros grupos, participación dialógica, construcción de izquierda social, movilización, movimiento, inmersión.
El día después del 20 N el escenario del grupo parlamentario es completamente distinto de antes del 20 N. Las diferencias están en la mayoría absoluta en el Parlamento, en la composición del grupo, y por lo tanto en su función en la sociedad y en el Parlamento.
La crisis económica es la misma. El voto y el Parlamento cambia a la derecha, copado por el PP con CiU, acompañados del PNV, y con el acicate de UPyD. El hundimiento del PSOE que pierde cuatro millones de votos, es con el mantenimiento de casi cuatro veces más votos que los otorgados a la izquierda que le sigue, es decir a nuestra coalición en torno a IU, y a ICV-EUiA y CHA.
El escenario político pasa del rosa al azul. De la izquierda derechizada en sus políticas, a la derecha dura, reaccionaria e involucionista. Una mayoría absoluta PP, aunque lo sea por conservar los votos con un incremento menor al 10 %. El hundimiento del PSOE perjudica a la población trabajadora, tanto o más que las políticas UE-Merkel del gobierno Zapatero del PSOE. El bien del país, de España, aducido por el presidente interino, es el mal para la mayoría ciudadana de España. La mayoría absoluta del PP hará un gobierno mayoritario, con el respaldo o coalición explícita o tácita de CiU. Incluso si hay roces y protestas sobre el Pacto Fiscal.
El grupo parlamentario en torno a IU representa una coalición de trece organizaciones diferentes, a su vez agrupadas en tres coaliciones. La coalición IU-Los Verdes, que es quien cobija, vertebra y hace de paraguas al conjunto. La coalición ICV-EUiA en Cataluña, y la coalición entre la CHA e IU Aragón. Fuera se ha quedado Compromís.
Laia Ortíz (ICV) de ICV-EUiA.
El conjunto del grupo parlamentario conviene que refleje esta riqueza tan importante. Conviene señalar que la coalición se ha dado en un proceso unitario aún muy condicionado por la necesidad de conseguir representación política parlamentaria, desde la diversidad ideológica, con las diferentes necesidades políticas sectoriales, territoriales y nacionales.
Este núcleo parlamentario tienen la responsabilidad de avanzar en la confluencia, con la mirada enfocada en construir izquierda desdelos cimientos de la base social ciudadana. Las orejas han de acercarse bien atentas para escuchar lo que la ciudadanía necesita y expresa desde sus entidades, instituciones, desde los Sindicatos, y a través del 15 M.
Sería adecuado un funcionamiento interno parlamentario con innovaciones muy notorias.
Un grupo con un trabajo muy transparente y extrovertido. Que empezase por grabarse en sus despachos, en vez de las fotos oficiales de las realezas en rigor, o si esto no es legal al menos al lado, el "No nos representan, no", "Abajo los privilegios de los políticos y los banqueros", "Le llaman democracia pero no lo es". Ningún temor a este clamor popular. Al contrario, hay que lanzar estos lemas con el altavoz que permita el hemiciclo contra la derecha.
Sería de agradecer información pública y detallada, sin opacidades ni trucos, de los privilegios económicos y otros disponibles, con el uso que se le den en defensa de las reivindicaciones de las y los electores de la base social, e incluso de quienes no han elegido por inconsciencia o consciencia.
La idea de someter la actividad parlamentaria a la fiscalización de la base electoral también podría tener un cauce. Con la supeditación a las organizaciones y rendición de cuentas abierta al electorado. El grupo ha de ser un semillero de contenidos, un ensayo de maneras novedosas, que sean ejemplo de buenas prácticas para la sociedad, la juventud y la clase trabajadora.
Las responsabilidades, tareas y puestos, han de ser distribuidas de manera equitativa e igualitaria, sin hegemonías trasnochadas al viejo estilo burocratizado aburguesado. La atención ha de ser con un tacto exquisito con todas las componentes y sensibilidades expresadas en diputados y diputadas, con juego para todas, que cada una vea potenciada su labor y representación por el conjunto en vez de quedar neutralizadas, anuladas o hasta excluidas. Eso significa evitar la acumulación de responsabilidades y de protagonismo, a favor de forjar equipo y favorecer la homogeneidad básica.
Presidencia y portavocías diferenciadas. Se podría probar con vice-portavoces, o rotación para conseguir que cada mes, o con cierta cadencia, las once personas diputadas pusieran cara y voz en las sesiones. Luz y taquígrafos en la elaboración de propuestas, debates y reflexiones. Participación amplia on line con todo el potencial que permiten los medios de la nube de Internet.
La labor parlamentaria para un grupo es muy diferente ahora tras el 20 N. El margen de maniobra para las negociaciones, cuando lo haya, va a venir directo de la movilización y fuerza de la calle y las empresas. Lo principal incluso en la mecánica parlamentaria pasa a ser la denuncia de las políticas y leyes parlamentarias y de la ejecución gubernamental.
Una denuncia crítica que hurgue entre las contradicciones de  los intereses de los intereses de las diferentes capas de la burguesía y sus poderes económicos, con la base social que la aupado, en las confrontaciones nacionales, en especial entre PP, CiU, PNV. La crítica ha de ir acompañada de propuestas políticas para la mayoría trabajadora, para los derechos de la mujer, y la gente joven. Unas propuestas que muestren políticas distintas para enfocar y combatir la crisis, la defensa de la participación democrática, los derechos sociales y de los servicios públicos, la estructuración de la relación entre las distintas naciones y pueblos (según decidan democráticamente sin interferencias de imposición federal o centralistas).
En esta etapa que se abre, con la existencia de otros grupos parlamentarios de las izquierdas, obliga en primer lugar a reconocerlos, a tenerlos en cuenta, a establecer relaciones con ellos, para favorecer la acción táctica unitaria contra la derecha, contra el PP, CiU y PNV.
Estos otros grupos son los del PSOE, el de Amaiur, y si se forma aún otro con ERC y BNG.
Esta experiencia no puede darse en un liderazgo unilateral excluyente y prepotente, o de orejeras de una proclamada izquierda-legítima-única. Hay que compartir, dialogar, tejer complicidades.
Hasta aquí sería en la caja de resonancia parlamentaria. Ahora bien, he mencionado antes que donde las cosas se van a librar decisivamente será en la arena social, en la calle, en el barrio, en las escuelas, y sobre todo en las empresas.
El grupo y las personas parlamentarias tienen su función básica en hacerse voceras, reflejo y dinamizadoras de movimiento de izquierda social desde lo más profundo de las tendencias de la ciudadanía. Esa tendría que ser su principal ocupación en preocupación. Inmersión en la base social para escuchar, ver y aprender, para obedecer como propagó el movimiento zapatista mexicano.
Quizás entonces a este grupo no se le destinaría el "No nos representan, no".

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