El Reino pretende sostener el encaje con Cataluña por la vía de la fuerza represiva, los juicios y la sumisión. El Estado se blinda para ignorar que el movimiento soberanista catalán ha abierto la caja de las libertades con la democracia y la república.
El bloque estatal que aplica el artículo 155 constitucional, el gobierno del PP, con el acicate de Ciudadanos y el apoyo del PSOE-PSC, incluido el Rey como vocero mayor, fracasó en impedir el referéndum del 1 de octubre, perdió en las elecciones que había convocado el 21 de diciembre, pero consigue ganar cuando bloquea la elección del presidente que correspondería a la mayoría parlamentaria soberanista e independentista.
El Parlament de la Generalitat queda frenado por la aplicación gubernamental del 155; no resulta operativo. Las personas dirigentes de la rebelión democrática republicana no se muestran a la altura de un pueblo que hizo y ganó su votación el 1 de octubre, desencadenó el paro general del 3-O, para ratificar una mayoría de rechazo al bloque estatal 78/155 en las elecciones 21-D.
Cataluña puede declararse en las urnas republicana y soberana respecto al Estado. Pero las instituciones y leyes estatales se imponen para bloquear y derrotar esta libre decisión.
El Estado acentúa su involución democrática. El gobierno del PP se aparta de las opciones de diálogo y negociación. Una perspectiva de giro democrático enfocado a resolver la crisis estatal no aparece en las propuestas, ni en la actuación, del PP y Ciudadanos, pero tampoco del PSOE-PSC.
En estas condiciones los Presupuestos de Rajoy-Montoro no tienen visos de prosperar, lo cual muestra el agotamiento gubernamental. Ciudadanos y PSOE se aprestan a ejercer de recambio, en un tono distinto respecto a los derechos y libertades, o a los sociales, pero en sintonía respecto el 155 para Cataluña.
La magnífica huelga feminista del 8 de marzo ha propuesto la igualdad real de las mujeres con el amplificador de los derechos y servicios universales. La movilización general de la población pensionista promueve otro eje reivindicativo muy distinto a la política económica dictada desde la UE y ejecutada por el gobierno.
Estas movilizaciones de libertades y sociales profundas son las que pueden entroncar con una defensa coherente de los derechos y la democracia en el conjunto del Estado, frente al agotamiento del régimen constitucional de 1978. Y libertades democráticas significa construir perspectiva y alternativa republicana. 27 de marzo de 2018
De la Carta de La Aurora.