Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón, Pablo Iglesias, han concluido un ciclo arrollador. Ahora se ven en la tesitura de aterrizar en plena maniobra de alzar el vuelo. Monedero ha dado un sonoro portazo, incluso si aún no se ha bajado totalmente de la nave.
Otra opción siguió Teresa Rodríguez, la combativa gaditana, europarlamentaria,
que se atrevió a defender su propia concepción de Podemos, incluso obligada a salirse
de la cabina de mando de la nave por no
renunciar a la Izquierda anticapitalista, después de su primer vuelo de ensayo
con los magníficos resultados en las elecciones europeas.
Pablo Iglesias e Iñigo Errejón tuvieron que ceder liderazgo
a Teresa Rodríguez, ante la imposibilidad de inventar una candidatura capaz para
las elecciones de Andalucía.
Hay también Pablo Echenique que planea resarcirse si consigue
un resultado suficiente en Aragón.
El fenómeno Podemos de crecimiento estadístico arrollador en
las preferencias del cambio en las encuestas, se ha frenado en seco mostrando
sus límites en liderar un espacio transversal "ni de derechas ni de izquierdas",
con los de abajo contra los de arriba, y la denuncia implacable a la casta
política, a pesar de banqueros aprovechables como... el difunto Botín.
Los poderes fácticos financieros y estatales, la derecha caciquil
y parásita española, han encontrado de momento un mirlo blanco en Ciudadanos
con un triple objetivo. Frenar a Podemos en los caladeros de la derecha, aupar
una cierta regeneración del corrupto PP desde la propia derecha con halo de alternativa
y conseguir una renovar el frente nacional españolista rancio contra el auge
del soberanismo catalán.
El resultado de las elecciones autonómicas andaluzas han
precipitado y extendido a un efecto estatal las evoluciones meteóricas de
Podemos y ahora Ciudadanos.
Pablo Iglesias ha de corregir la estrategia inicial de La
Tuerca de convertirse en una alternativa de tal calibre al PP y al PSOE, pero
también de IU. Al desvanecerse la expectativa a ganar, o al menos a ganar al
PSOE de manera de forzar a todas las demás fuerzas a pactar con Podemos, las
políticas propuestas y las alianzas vuelven a un primer plano.
La redirección de la estrategia política es lo que provoca
el choque entre su núcleo dirigente. Hasta el punto que ni Monedero ni Iglesias
consiguieron que la crisis se aplazará para después de las elecciones municipales.
El vendaval post 15 M de cambio y politización que barría a
los aparatos clásicos demasiado dependientes de los comederos institucionales
estatales y autonómicos, se lleva por delante la presión e introducción de los
vicios políticos de "la casta" en el propio desarrollo de los Círculos
dirigentes de Podemos.
Ahora bien, las maquinarias de los partidos no van a
resolver su desapego y lejanía de la ciudadanía criticando los deslices de Iglesias
y Monedero. La crisis del régimen se agrava con la crisis económica y no se va
a superar sin cambios fundamentales en las políticas económica, social, democrática
y de derechos de libertades soberanas nacionales.
El Sí se puede, para Podemos, para IU y para toda izquierda está
en la clave de las confluencias unitarias con políticas de izquierdas, sociales
y democráticas.
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