La Unidad Popular, con la idea de la confluencia política
por la ruptura democrática, se referencia por parte de Izquierda Unidad en apostar
por candidaturas unitarias desde el llamamiento realizado por la plataforma
Ahora en Común.
El acuerdo para una confluencia electoral entre IU y Podemos
se ha malogrado, según el Consejo Político federal de IU, por las condiciones inasumibles
que planteaba Podemos.
Podemos ha seguido insistiendo en realizar acuerdos
provinciales y autonómicos en vez de uno general estatal.
Sea una u otra la explicación del actual desencuentro, si
confirma con la concreción de dos candidaturas estatales, es un verdadero contrasentido
para la izquierda. Tanto IU como Podemos se verían perjudicadas. Sería el PSOE parte
del beneficiario. El otro Ciudadanos.
Si le añadimos que en Galicia se ha llegado a un acuerdo
entre Anova, EUG y Podemos, o que en Cataluña está en marcha mantener la coalición
EUiA, Equo, ICV y Podemos para las elecciones del 20 N, el panorama no es en
ningún modo halagüeño.
El diputado estatal y coordinador de EUiA, Joan Josep Nuet,
era lapidario ayer al diagnosticar “que Podemos e Izquierda Unida no hayan
llegado al acuerdo de presentar listas conjuntas en toda España en las
Elecciones Generales del 20D es, no una muy mala noticia, sino mucho peor” (Podemos e IU, dos proyectos para un solo final).
Lo de “mucho peor” no lo compensa lo que Nuet menciona “Mi
compromiso con el proyecto federal de Izquierda Unida sigue firme, por eso
valoro la inteligencia del Consejo Político Federal y de Alberto Garzón cuando
el pasado sábado 3 de Octubre reafirmaban su acuerdo con la estrategia de EUiA
de mantener la confluencia que significa Catalunya sí que es pot, fuera
cual fuera el desenlace del diálogo con Podemos”.
El Estado español necesita un plan de choque de rescate
social a las antípodas de las políticas del PP, que siguen las imposiciones de
la Unión Europea perniciosas para la población trabajadora. Esta política necesita
de una izquierda amplia y potente.
El crecimiento de Ciudadanos, con una aureola de regeneración
de la derecha española y de la corrupción estatal desde la propia derecha y un
feroz anticatalanismo, auguraba una tendencia al quatripartidismo. Lo cual
sería al menos diferente al bipartidismo entre el PP y el PSOE.
En este escenario nos podemos encontrar que en el
desencuentro entre IU y Podemos, en breve plazo, Ciudadanos se convierta en un
aliado posible tanto para el PP (Comunidad de Madrid) como para el PSOE
(Andalucía).
El lance se juega en los siguientes días. El diálogo fluido
entre las fuerzas rupturistas que facilite la confluencia política es una
necesidad de primera magnitud para construir alternativa política.
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