Hay ganas de cambio. Se intuye la necesidad de otra política económica y otras formas democráticas. El 20-D va a ser unas elecciones bien reñidas.
Flota una gran duda en las posibilidades de conseguirlo. La
amplitud de la ciudadanía indecisa muestra que los partidos más anclados en la
Constitución de 1978 ya no son una expectativa de futuro, ni tampoco una
seguridad en la estabilidad económica y política.
Incluso las tímidas propuestas de reformas en la
Constitución quedan lastradas por la incapacidad de romper amarras con una
herencia estatal caciquil financiera que parasita el trabajo de la gente
trabajadora, aflora la corrupción, secuestra los servicios públicos, limita las
libertades, mientras niega la capacidad de decidir a los pueblos que conviven
en la península.
La clase dominante española, la derecha, se divide entre el
PP y Ciudadanos. Un cambio de política económica, combinado con unos procesos
constituyentes de rescate social y democrático, exige echar al PP del gobierno,
e impedir que Ciudadanos ayude al PP, como en la Comunidad de Madrid. El
PSOE está lastrado por su obediencia a la política de Bruselas, de la Troika,
que es la que realiza el PP.
El cambio que se otea en el horizonte, tiene una gran
hándicap en el voto para este 20-D, pues las izquierdas se han repartido en
diferentes candidaturas. Unas estatales y otras que reflejan procesos novedosos
en los distintos pueblos.
Las candidaturas de la izquierda emergente se basan en la
fuerza ciudadana que impulsa las Ciudades del cambio. Esas diferentes
candidaturas representan un estadio en una recomposición política social y
ciudadana sobre nuevas bases políticas, incluida la incorporación de diversas
generaciones jóvenes, que inician su compromiso y acción política.
Su talón de Aquiles reside en que el movimiento trabajador y
sindical está en una difícil situación para tomar la iniciativa movilizadora y
promover sus alternativas económicas.
El voto en las elecciones del domingo 20 de diciembre
tiene también el sentido de que la acción unitaria de todas las izquierdas va a
ser vital desde el mismo 21-D.
La forja de alternativa política pasa por iniciar la
recomposición de la izquierda desde el conjunto estatal, desde cada Pueblo,
desde el movimiento sindical.
El futuro se escribe en confluència.
La Aurora llama a votar a la izquierda, a las confluencias
y a la unidad.
Vota a Podemos, IU-Unidad Popular, En comú podem,
Compromís-Podemos, En Marea, EH Bildu, Aldaketa.
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