Teresa Rebull* (izquierda). |
Publicado en SinPermiso. Miguel Salas. 19/04/15.
Cuando nos estábamos despidiendo del aniversario de la II
República, en la noche del 14 al 15 de abril, se nos fue Teresa Rebull. Tenía
95 años. La vimos por última vez el 17 de junio de 2013, reencontrándose con
los antiguos camaradas del POUM en el acto de homenaje y reconocimiento que el
Parlament de Catalunya organizó al revolucionario Andreu Nin, a iniciativa de
la Fundació Andreu Nin y el diputado David Companyon, de ICV-EUiA. Como era
habitual estaba animada, sonriente, decidida y activa. Así fue siempre. Estaba
tan emocionada en el acto de reconocimiento a su gente y a su lucha que nos
dijo al despedirse: “Ara ja em puc morir” (Ahora ya puedo morirme) Mantuvo su
vitalidad hasta el final. Cuatro días antes de morir, el 10 de abril,
inauguraba una exposición de pinturas suyas en La Junquera (que se puede
visitar hasta el 10 de mayo) Teresa fue una de esas mujeres fuertes para quien
la edad era solo un proceso para acumular vivencias y experiencias y siempre
dispuesta a emprender nuevas aventuras.
Teresa Rebull, en realidad se llamaba Teresa Soler Pi, nació
en Sabadell en 1919. Hija de una conocida familia de anarcosindicalistas, vivió
y creció entre las luchas obreras de los años 20 y 30. En unas jornadas de la
Fundació Andreu Nin en octubre del 2010 resaltaba sus orígenes y sus ideales
que no abandonó nunca. Decía: “Vinc d’un mitjà del món obrer, del tèxtil, soc
del carrer, de la lluita i de la revolución” (Provengo de un medio obrero, del
textil, soy de la calle, de la lucha y la revolución) A los 12 años ya
trabajaba en una empresa del textil de Sabadell.
Se hizo del POUM durante la revolución de 1936 e hizo de
enfermera durante la guerra. Vivió en Barcelona las jornadas de Mayo de 1937 y
posteriormente fue detenida y encarcelada en una cheka estalinista en la Vía
Layetana. Lograría liberarse cuando ya las tropas franquistas avistaban la
ciudad a principios de 1939. Esa experiencia le marcó en su completa oposición
al estalinismo, que además de traicionar la revolución la encarceló y la trató
como si fuera una “fascista”, y en su actividad militante en el POUM.
Tenía 20 años cuando tuvo que elegir el camino del exilio.
Participó en el maquis francés en la lucha contra el nazismo y ya en los años
60 en la efervescencia social, política y cultural francesa. Se relacionó con Jean-Paul
Sartre, Juliette Gréco, Georges Brassens y Albert Camus, entre otros. Fue
también l’avia (la abuela) de la Nova Cançó catalana que desde los años 60
revolucionó la música catalana y un acicate en la lucha antifranquista. Además
de componer sus propias canciones versionó preciosas poesías de Joan Salvat
Papasseit, Miquel Martí Pol, Maria Mercè Marçal y muchos otros. (En youtube se
pueden escuchar algunas de sus composiciones).
En 1977 obtuvo un excelente reconocimiento musical en
Francia, el de la Academia, por su disco Mester d’Amor. En 1992 la Generalitat
le concedió la Creu de Sant Jordi. En el 2006 Omnium Cultural le organizó un
homenaje en el Palau de la Música de Barcelona con la presencia de Lluís Llach,
Marina Rosell, Maria del Mar Bonet y muchos otros. En el 2007 obtuvo el Premio
Memorial Francesc Macià, por la defensa de la lengua y la cultura catalana.
Porque, manteniendo la tradición poumista, sus raíces obreras y revolucionarias
fue también una activa y entusiasta defensora del derecho de Catalunya a la
autodeterminación y a la independencia, y aun en silla de ruedas se acercaba y
participaba en actos a favor de los derechos democráticos de su país.
Nos ha dejado Teresa. Recordaremos sus canciones, sus
poemas, su enorme humanidad y la fuerza de mujeres que como ella lucharon en y
por la revolución, por un mundo mejor y que tuvieron la osadía de no rendirse
nunca.
Miguel Salas
* Teresa Rebull en el Homenaje a Andreu Nin, en el Parlament de Catalunya, 17 de junio de 2013. Junto a Mª Teresa Carbonell, Presidenta de la Fundació Andreu Nin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario