Chivo expiatorio, cabeza de turco para la regeneración del PP, o ilustre capo y muestra de las varias tramas financieras corruptas que recorren las élites económicas y políticas españolas y catalanas.
El inmenso mar de fraude fiscal lo realizan las grandes
fortunas y multinacionales. Estas élites son las que mandan y las verdaderas
propietarias del Estado, sus jueces, políticos y propagandísticos ideológicos,
de la iglesia católica o laicos. La Ley y el Ejército garantizan la
supervivencia del actual Orden y Estado del Reino de España.
Conviene que entre los valores republicanistas incorporemos
maneras para que el gran capital y sus personajes se les obligase a devolver el
dinero distraído al erario público. Aquella Hacienda de la grandísima mayoría
de "las demás" personas se queda en un negociado de los hacendados y
defraudadores.
En la Carta de La Aurora tenemos un buen Rato de Corrupción.
Rato, protegido. |
El ratero Rato.
Rodrigo Rato, de los Rato de toda la vida, con
antecesor ministro de Alfonso XIII y alcalde de Madrid, de rancia tradición
propietaria de la minería asturiana, su padre y hermano condenados en el
franquismo por evadir capitales, ex vicepresidente del gobierno español,
dirigente del Fondo Monetario Internacional… resulta que es un vil defraudador
de impuestos, un blanqueador de capitales y unas cuantas cosas más de ese
estilo.
El escándalo Rato es el paradigma del funcionamiento del país en estas últimas
décadas. La corrupción de las clases dirigentes y de las políticas que se han
implementado. El PSOE de Felipe González perdió el poder acosado por decenas y
decenas de casos de corrupción a los más altos niveles. El gobierno de Rajoy
sigue el mismo camino. Los casos Bárcenas, Gürtel, en Baleares, en Valencia,
decenas y decenas de cargos públicos encausados y algunos condenados y en la
cárcel. Y esto no tiene fin.
Hoy mismo aparecen pagos fraudulentos en el PP de Castilla y León en la
financiación de parques eólicos. Se necesita una limpieza en profundidad. No
pasar una bayeta, no decir que se cambia algo para que permanezca lo
fundamental… un cambio es modificar las bases políticas y sociales de un
régimen podrido por la corrupción y los corruptos, una república, unas
políticas controladas por el pueblo, unos dirigentes que no sean una casta
por encima de la población sino que cobren lo justo y puedan ser
cambiados cuando no cumplen sus compromisos o sus votantes lo decidan.
El ratero Rato, de los Rato de toda la vida, es la expresión de la
descomposición del gobierno del Partido Popular. No es sólo un caso más, es la
bofetada de quien se decía modernizador de este país, en realidad quien puso
las bases de la especulación inmobiliaria; quien nos daba lecciones para pagar
impuestos, mientras él aprendía a evadirlos; una bofetada para este pueblo que
soporta la crisis, la pobreza, el paro y la cara dura de unos dirigentes, como
los del PP, que siguen sin aceptar responsabilidades: ni dimiten, ni se sienten
concernidos y siempre que se les pilla con las manos en la masa miran hacia
otro lado o se lavan las manos.
Tiene que dimitir el ministro Montoro, que impulsó la amnistía fiscal
y que colocó a Rato en Bankia (que ha necesitado 22.000 millones de euros para
salvarse) Hay que exigir la publicación de la lista de todos las 705 personas
que se acogieron a la amnistía fiscal. El pueblo tiene derecho a saber la
verdad, toda la verdad.
Dentro de un mes las elecciones municipales y autonómicas tienen que pasar
cuentas con estas políticas. La unidad y confluencia de las izquierdas es la
base para cambiar las cosas y para limpiar a este país de corruptos y
corrupción. De La Aurora.
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