8/2/12

Blandir la independencia

El grito del ejército mercenario almogávar, "Desperta ferro!" (¡Despierta hierro!), aterraba las conquistas mediterráneas. Los almogávares tenían fama de feroces y sanguinarios, golpeaban sus armaduras y escudos para entrar en combate, darse moral y hacer temblar al enemigo, saqueaban y violaban sin piedad.
Ahora pasamos de la tragedia guerrera a la comedia vodevilesca del rapiñar mendicante. La burguesía catalana y sus siervos emplean una combinación grotesca y amenazante, con el estandarte de la libertad nacional y la independencia, como un espantajo para atemorizar a sus homónimos del gobierno español. ¡Madrid! Como si allí la gente llevara cola y cuernos y aquí todo fueran mimos, o como si la naturaleza de la clase dominante española fuera muy diferente de la catalana en lo que se refiere a la explotación de sus respectivos pueblos.
El presidente Mas es el personaje que vota en la urna del barrio por la independencia, mientras al mismo tiempo impide que se tramite la consulta soberana por parte de la Mesa del Parlamento. Mas ha clamado con lo de "Despierta independencia!" por la entrevista con el presidente del gobierno español, Rajoy, es decir por el abrazo del oso, PP.
La libertad de Cataluña, los derechos nacionales con la posibilidad de Estado propio y también de la independencia, no es un objetivo para la burguesía catalana ni para CiU, sino una bandera como moneda de cambio para la rapiña y los negocios de un reducido segmento como es el de la gente poderosa catalana. CiU sigue la tradición de los comerciantes pactistas tras la promulgación de los decretos de Nueva Planta (1714) por parte de la monarquía borbónica. La sumisión de los Estados de la corona de Aragón (Aragón, Cataluña y Valencia) se compensó al permitir el comercio con las Indias (América) hasta entonces reservado en exclusiva al Reino de Castilla y León. Después la tradición pasa por los pactos de protección arancelaria. Con La liga de Cambó nos encontramos poniendo los fondos financieros catalanes al servicio de la divina cruzada del general Franco. Los próceres de Cataluña piden, ponen dinero del pueblo para el Estado, y se cobijan con las armas del Estado español. Después hacen llamamientos y se lamentan, eso sí en catalán.
Rajoy y Mas han sellado una nueva etapa colaboracionista, de apoyo y dependencia de CiU al PP, del gobierno autonómico de la Generalitat catalana al gobierno del Estado español. Entre las necesidades de la población catalana, sociales y de libertad, CiU elige con ojos cerrados al gobierno y el estado español.
Pleno apoyo de Mas en la reforma laboral, esta es la realidad. Recortes y austeridad (para el pueblo) a raudales. Mientras, con un por favor con la boca pequeña, se mendiga migajas de los impuestos y las inversiones para un Pacto Fiscal y un Concierto económico con el que CiU pretende enterrar la demanda popular ciudadana masiva del "Somos una nación" "Nosotros decidimos".
Ya pueden salir las bandas musicales, las gralles, los castellers, las sardanas, ya harán sonar incluso la hermosa y emotiva Sibila, lo que sea necesario para difuminar el pacto de supeditación al PP. CiU marca la estrategia sea con el Pacto Fiscal, sea con los agravios con el gobierno estatal, por lo que impone su liderazgo hegemónico en la derecha, los segmentos intermedios y también a la izquierda.
Para construir una izquierda alternativa debemos separarnos bien diferenciados de las propuestas, de la agenda y los agravios de CiU. No somos neutrales entre confrontaciones burguesas pero desde un liderazgo diferenciado. Para levantar un liderazgo coherente de izquierdas con las demandas catalanas, las sociales contra los recortes y las democráticas sobre la libertad nacional, incluidas las del Estado propio y la independencia, necesitamos separar las banderas en el Parlamento, para llevar en cambio la unidad ciudadana en el terreno de la conciencia política desde la movilización popular.

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