1/2/13

El peso abrumador de los sobres


Sobres. "Venimos a por el sobre", "Ladrones", "Rajoy dimisión" sitúan la marca España del gobierno PP de Rajoy por debajo mínimos. La calle Génova, la sede del PP en Madrid, fue ayer la imagen de la corruptela y del cinismo moral de la cúpula del PP y del gobierno del Estado. En todas las sedes del PP se han mostrado y lanzado sobres a los artífices de los recortes, de las seis millones de personas sin trabajo, y del empobrecimiento generalizado de la población.
Es un gobierno de ladrones y personajes corruptos, incapaces de un mínimo talante democrático. El clamor de "Rajoy dimisión" se convierte en una necesidad natural para la higiene de la salud política ciudadana.
La indignación ante la certidumbre de los sobres ha aflorado otro frente tormentoso para el gobierno del Estado. La crisis económica con los recortes, la crisis del Estado con el proceso de consulta soberana en Cataluña, el factor corrupción que estalla en las narices del presidente del gobierno, por obra y gracia del tesorero plenipotenciario del PP.
El gobierno nos roba, los políticos principales nos roban. Y como dice la simpática chirigota gaditana "Pasodoble en Cataluña" del grupo "Contigo aprendí", que defiende la libertad y los derechos de Cataluña, mientras también carga contra Duran, y advierten a la gente catalana con toda la razón: "que no te ciegue el orgullo, que los políticos tuyosson iguales a los nuestros".
El otro clamor lleno de estupor e indignación es el planteamiento del qué se puede hacer, qué podemos hacer, vamos a hacer? El PSOE está en caída libre, IU es un referente pero todavía demasiado pequeño. Necesitamos ampliar lo que ha representado el Grupo de la Izquierda Plural en el Parlamento español, con alianza con otras fuerzas de izquierdas, entre ellas las nacionales e independentistas.
Pueden haber elecciones. Ahora bien, una buena parte de la ciudadanía no se fía de ninguna opción política, mientras pone a todos los políticos en el mismo saco. Una alternativa al PP debe configurarse entroncando con la indignación ciudadana, no se puede resolver sólo desde las cúpulas políticas.
Rajoy puede caer por el peso abrumador de los sobres, pero Rubalcaba no es la cara de ninguna alternativa. Una clave para conseguir una alternativa es forjar un bloque político inédito surgido desde la indignación a pie de calle, el sindicalismo, las organizaciones y partidos políticos, incluidas las opciones de la libertad de los pueblos y del independentismo.

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