27/1/12

Un mal acuerdo

Adjunto la Carta de La Aurora sobre el acuerdo sindical y patronal. Los sindicatos son imprescindibles para la defensa y el progreso en las condiciones laborales, pero en la tormenta de la crisis estos sindicatos no se ven con suficientes fuerzas para frenar la vorágine patronal-estatal-altas finanzas de hacer recaer a parte más importante de los costes de la crisis en la clase trabajadora, con la rebaja de sus sueldos, en la disminución de las condiciones laborales, en el recorte de servicios básicos que corresponden al salario indirecto colectivo (estatal), incluida la limitación de la democracia vía rebaja de la soberanía de la ciudadanía. Se dice "hay alternativas". Es cierto, pero más preciso señalar que "hay propuestas alternativas. Esas alternativas sólo se pueden materializar, es decir existir como realidad en función de la movilización desde cada empresa, a cada barrio, centro de estudio, y en general. La pelea sigue en estos territorios y desde los sindicatos.
Un mal acuerdo
Los sindicatos CCOO y UGT han firmado con la CEOE el II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva. Básicamente significa la aceptación de la moderación salarial (aumentos de 0,5% en 2012, 0,6% en 2013 y una fórmula para los dos años siguientes por debajo del IPC) El acuerdo incluye el mantenimiento de la negociación colectiva y establece las condiciones para la flexibilidad salarial y de horarios en las empresas y la posibilidad de que las empresas no apliquen los convenios colectivos.
Este acuerdo representa una pérdida directa de poder adquisitivo de los trabajadores/as con empleo y no representa nada para los más de 5 millones de parados. Introduce que una parte de los aumentos salariales estén condicionados por la productividad o los beneficios de las empresas. Es también una ruptura con el propio discurso de los sindicatos. Éstos contemplaban aceptar la moderación salarial a cambio de medidas para reinvertir los beneficios empresariales y controlar los precios y facilitar la creación de empleo. Solo se garantiza la pérdida salarial y el resto son frases sin aplicación concreta. Por ejemplo, se podía haber establecido que “un porcentaje de los beneficios se destinará a crear empleo” o que “las empresas solo podrán repartir un porcentaje en dividendos”. Nada de nada.
El esfuerzo que se pide para los trabajadores/as con empleo no repercutirá en los que no lo tienen. La moderación salarial irá directamente a los beneficios de los empresarios. Ni siquiera se consigue que el sindicato pueda lograr un mayor poder de control sobre las decisiones empresariales.
Tampoco evita que el gobierno legisle con nuevas medidas. Rajoy y los suyos siguen pensando en una reforma laboral que abarate el despido y de mayores facilidades a los empresarios. Utilizarán la crisis y el miedo al paro como argumento para seguir apretando las tuercas. Este acuerdo no nos sitúa en mejor disposición para combatir contra una nueva reforma laboral.
La crisis capitalista sigue su curso y nada indica que las cosas vayan a mejor. La condición para cambiar el curso de las cosas está en la movilización, en la lucha. Las manifestaciones contra los recortes previstas el 28 en Barcelona y el 9 de febrero en Madrid son la ocasión para demostrar la capacidad de resistencia y lucha contra la crisis. 26 de enero 2012

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