Las miradas van hacia elecciones
autonómicas en Euskadi y en Galicia para atisbar si aportarán nuevas claves al
esperpento gubernamental.
En este panorama los focos más potentes de
gran alcance enfocan al fenómeno de masas ciudadanas en que se ha convertido
año tras año desde 2012 (e incluso desde 2010 con la repulsa a que se tumbase
por parte del Estado la reforma del Estatuto catalán) la Diada del 11 de septiembre.
Este año 2016, la quinta macro
manifestación ha sido con el formato de 5 Marchas deslocalizadas –Lleida,
Berga, Salt, Tarragona, Barcelona- cuyo vigor y participación han orillado el
coro de quienes analizan y propagan que pincha el clamor por la soberanía y la
independencia, o se deshincha, o invade la frustración y la desesperanza.
Los dos grandes golpes de efecto político
de los convocantes ANC y Òmnium, ha resultado situar el soberanismo y el
independentismo en función del eje de gravedad republicano, con un epicentro
para poder decidir con la reclamación de un referéndum de toda la ciudadanía,
inclusivo y vinculante.
Analistas, medios y dirigentes políticos convencidos
derrotistas respecto al proceso y movimiento soberanista por la libertad de
Catalunya, no dan crédito a una realidad tozuda que supera todas las tergiversaciones.
La ciudadanía movilizada les ha dejado por
quinta vez en ridículo. Se han quedado sin argumentos, aunque en los medios se
propaguen los espejismos apocalípticos. Los voceros de la frustración son a su
vez los frustrados.
Quienes en Cataluña llamaron a no
participar en las Marchas “A punt: Avancemos, República Catalana” (Todo listo:
Avancemos, República Catalana) están desnudos, en su casa, sin movilizarse, sin
voz en el futuro de libertades soberanas republicanas que se está cociendo.
Ada Colau, alcaldesa y lideresa de BComú
/EnComúPodem (ECP), captó muy bien el sentir ciudadano popular. Con un nutrido
cortejo participó en la cabecera de la Marcha barcelonesa (540.000 personas),
mientras ECP extendía su presencia emergente en las otras cuatro Marchas de
Lleida, Berga, Salt y Tarragona.
El movimiento municipalista “Comú” fomenta
y se compromete en la política estatal y, desde la Diada, irrumpe firme en la palestra
nacional catalana, con moral alta y ánimo entusiasta, a contribuir a nuevas
alianzas para una hegemonía de izquierdas en el país y en la Generalitat de Catalunya.
En la Carta de La Aurora se muestra el
cambio que se opera. Incluyo unos párrafos.
“11-S, Republicanismo catalán. Las
manifestaciones de la Diada en Catalunya han vuelto a sacar a la calle a
cientos de miles de manifestantes. A pesar de que ha habido una menor
presencia, se equivocan quienes piensan que el movimiento va de baja. Ni en
España, ni siquiera en toda Europa, hay actualmente un movimiento capaz de
movilizar a tanta gente y durante tanto tiempo, este es el quinto año
consecutivo de movilizaciones impresionantes. (…)
Este año la movilización ha tenido la
particularidad de resaltar su carácter republicano. (…)
Y es que por mucho que se intente desprestigiar, el movimiento nacional catalán tiene una clara base democrática (derecho a decidir) republicana (no se acepta la Monarquía) de ruptura (los actuales gobernantes y las leyes ya no representan a la mayoría) y popular (masiva participación en las manifestaciones). (…)
Y es que por mucho que se intente desprestigiar, el movimiento nacional catalán tiene una clara base democrática (derecho a decidir) republicana (no se acepta la Monarquía) de ruptura (los actuales gobernantes y las leyes ya no representan a la mayoría) y popular (masiva participación en las manifestaciones). (…)
Nueve meses de callejón sin salida
institucional, el PP sigue con sus cacicadas, como en el caso Soria o evitando
que se trate en un pleno del Congreso, dos elecciones y nadie descarta que
pueda haber unas terceras…hay que romper este empate estratégico entre
izquierda y derecha. Una parte depende de las alianzas electorales, pero la
decisiva está en la capacidad de movilización ciudadana. El republicanismo
catalán es un ejemplo. Si pudiéramos sumar las exigencias sindicales, las
movilizaciones sociales, las protestas contra los recortes… reuniríamos las
condiciones para un cambio social y republicano”.
Carta de La Aurora completa: http://us6.campaign-archive2.com/?u=6eed2cf31d&id=2c55782b23
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