8/3/21

8M: Las mujeres somos esenciales en la pandemia y en la vida

En el 8M Día Internacional de las mujeres. De Montserrat Vilà Planas, SinPermiso.

La Women’s March (2017), el Me Too (2017), la Huelga Feminista Mundial (2018), son movilizaciones que han recorrido el mundo cambiando la conciencia de las mujeres. Los 4.500 años de patriarcado pueden empezar a poner sus barbas a remojar. Las mujeres hemos empezado a no aceptar el sometimiento a los hombres, los poderes políticos, la moral y la costumbre. (...)

Criminalización y misoginia

(...) Este vía crucis femenino se ve agravado por la criminalización institucional y de los representantes más reaccionarios del estamento político. Se empezó el confinamiento condenando la movilización del 8M de 2020, con varias causas en los juzgados. Pretendían culpar de la expansión de la pandemia a la importante movilización feminista por los derechos y la vida de las mujeres. Este año 2021 el gobierno del PP en Madrid impide el elemental derecho de expresión y manifestación de las mujeres mientras permite otras. Este atropello muestra como se adopta la misoginia propagada sin tapujos por VOX para impedir la lucha de la mitad de la población.


A las mujeres se las tutela, se decide por ellas, se habla por ellas, se les otorga el color y la sumisión desde su más tierna infancia. Unas mujeres con derechos formales, pero sin el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, sobre su talento, trabajo y criaturas.

No queda muy lejos el estigma de brujas y su quema en la hoguera. Los aplausos a las enfermeras y personal sanitario de la primavera pasada son el reverso de la moneda de los despidos y bajos salarios.

Un año pandémico

Las organizaciones de mujeres, las entidades sociales y feministas han reaccionado desde el primer momento del confinamiento. (...)

El debate y la reflexión han ocupado, en parte desde las pantallas, el lugar de las calles. Es un reflejo de millones de mujeres que no se han visto derrotadas, sino que desde cada parcela social o intima han mantenido la llama de su conciencia.

Enseguida que la pandemia lo ha permitido se ha vuelto a combinar la intensiva actividad desde las pantallas con la presencial simbólica. (...)

La ebullición en las redes sociales, las movilizaciones de apoyo al derecho de aborto en Argentina y Polonia, las acciones para cambiar las restricciones de la ley del aborto española, junto a movilizaciones importantes y exitosas, como la de las alumnas del Instituto del teatro de Cataluña contra la agresión psicológica y sexual de profesores a las jóvenes, precedida por la lucha en el mismo sentido en Lleida, configuran un contexto de elevada presión. Nuevas generaciones renuevan la lucha y rejuvenecen la combatividad. Estos indicios tan saludables hacen pensar en un probable nuevo salto del movimiento feminista en cuando se superen los condicionantes sanitarios.

Diversidad y unidad en las voces de las mujeres

Dentro de la explosión creativa de manifiestos, que demuestra la fuerza y vitalidad del movimiento en cada población y estamento social, vale la pena resaltar los elementos que les otorgan unidad dando el tono a este feminismo confinado que no se resigna. Muy al contrario, el movimiento de las mujeres crece, se extiende y abarca todas las causas de injusticias y desigualdades que provienen del patriarcado y del capitalismo. (...)

En los tres ámbitos observamos un esfuerzo concienzudo por detallar las reivindicaciones, derechos y defensa de las necesidades de todos los sectores sociales, de todas las minorías discriminadas y agraviadas por un cúmulo de injusticias, derivadas del orden establecido por el poder dominante.

Desde la brecha salarial con la desigualdad real de las mujeres en el trabajo, en las empresas, en las casas y fuera de ellas, es común señalar que la precariedad, la pobreza y la miseria tienen rostro de mujer. El trabajo de los cuidados, como las profesiones más en contacto con la pandemia, recaen sobre las mujeres, han de situarse en el centro de la vida. Las violencias de género, las agresiones sexuales y violaciones ocupan otro triste lugar de honor en los documentos. Los derechos LGTBI y Trans, los de las migrantes y refugiadas, se visibilizan en sentido inverso a la criminalización que reciben.


Otro concepto que recorre el movimiento es sobre su fuerza y la necesidad de su unidad. Las mujeres se esfuerzan en recuperar a sus propias precursoras para avanzar también a “hombros de gigantas” (siguiendo la genealogía de “La Creación de la conciencia feminista” de Gerda Lerner), o a sus ancestros brujas, quemadas en la hoguera (“Brujas, caza de brujas y mujeres”, Silvia Federicci).

Aflora la convicción de que las mujeres estamos engendrando los valores y realidades de un mundo nuevo sin opresión ni violencia, con libertad y amor. Un mundo en que prevalezcan los cuidados, la reproducción de la vida y la naturaleza.

Las voces de las mujeres se unen y amplifican en un canto a la libertad y la felicidad en el mundo. Quieren el cielo en la tierra.

Debates en el coro

Estamos en una época de transformación y efervescencia en que el movimiento feminista debate y avanza en conceptos fundamentales. Esto expresa contradicciones lógicas. El diálogo a veces se convierte en debate abrupto y aboca a división y disgregación. Sin embargo, observo que la acción, es decir, la potencia del movimiento, consigue absorber estas diversidades en la unidad por las cuestiones vitales. Las miradas desde las diversas situaciones sociales, las preocupaciones individuales, las posiciones ideológicas y filosóficas, los presupuestos morales, en ciertos temas están en fase divergente y en otros se entra en modo confluyente. La metodología para resolver esta evolución necesaria es situarse con los pies recorriendo caminos desde la realidad social. La experiencia de la vida y la lucha es la mejor medicina para que las mujeres ganemos en este diálogo. La orquesta feminista tiene que ajustar el tono y ritmo de sus distintos instrumentos para afinar el concierto de la vida. Prostitución y Trata. (...). Consentimiento. (...). Derechos de las mujeres, minorías, LGTBI, Trans. Borrado de las mujeres. (...). Sexo y género. (....).

De leyes, calles y vida

En este año de la pandemia han coincidido unas cuantas leyes que afectan directamente a las mujeres y a sus diversas minorías. El gobierno de coalición progresista las empezó a tramitar con lo que parecían como muy buenas intenciones, pero en su redacción y articulado han empezado a aflorar limitaciones y retrocesos graves en el terreno jurídico. Ley de la libertad sexual (Anteproyecto de ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual). (...). Ley de igualdad de trato.(...).

Lo que no solventan en las leyes existentes es que las mujeres seguimos sin presupuestos de emergencia para la pandemia que representa la violencia de género (según ONU mujeres y la OMS).

Las leyes necesitan de la voz en la calle, hogares, escuelas y trabajo, para ser útiles para las mujeres. La huelga feminista de 2018 ha sido la que ha sembrado las condiciones que ahora se tratan en estos anteproyectos de ley.

El hilo de Ariadna

Las mujeres saben de hilos. Ahora hemos de tejer y lanzar el hilo de los derechos reales y servicios esenciales. La masa de mujeres movilizadas internacionalmente orienta que hacer y cómo para salir del laberinto patriarcal.

Un bien muy preciado es el propio movimiento, con sus actuales propuestas inclusivas. Todo un programa político que va ganando terreno de libertad en cada eslabón de la sociedad. Tendrá que penetrar en los poderes económicos, en el poder estatal, en la moral y en unas costumbres que, por ancestrales, se convierten en terriblemente conservadoras, castradoras de futuro.

Hemos de hilar con tres hilos: el de la libertad y derecho al propio cuerpo, el de la libertad de expresión sin trabas, y el de una exquisita estima y respeto por la unidad (acción) del movimiento feminista.

De reproducción, amor y vida

La economía necesita tanto de las mujeres como la vida y la naturaleza. No hay reproducción, ni trabajo, ni amor, ni felicidad sin las mujeres, su trabajo y sus cuidados. Las mujeres y los hombres son consustanciales con la vida.

La reproducción en un sentido amplio ha de configurar el centro de la vida de las mujeres y los hombres, el conjunto de las personas. El beneficio del capital privado, los intereses de las grandes transnacionales globalizadas, el poder y el monopolio de la violencia sistémica por parte de los estados, han de dar paso a una sociedad de cuidados entre sus personas y con la naturaleza, sin violencias ni opresiones.

En este siglo hemos de terminar de una vez con la dominación, privilegios y desigualdad con los que los hombres someten a las mujeres y, por lo tanto, con el sistema patriarcal. Una división y sometimiento que se reproduce en todos los estamentos de la sociedad, incluida su célula más elemental, en la familia y la pareja. La liberación de la mitad de la humanidad es al mismo tiempo un cambio absoluto en el paradigma familiar, en la relación entre cada hombre y cada mujer. La emancipación de las mujeres es el símbolo de la liberación de toda la humanidad, es decir, de los hombres y de las mujeres y de todos los géneros. Al oprimir a la mujer cada hombre contribuye a que el sistema de opresión y explotación se mantenga e impida la transformación social de la sórdida violencia a la que estamos acostumbradas, se bloquea un impulso galáctico al talento y a la felicidad.

Hemos de descomprimir corsés ancestrales y liquidar tapones generacionales: váyanse las prohibiciones y vengan los derechos y libertades, bien vivos y concretos.

El amor y la felicidad, el respeto y la pasión, son valores y sentimientos bien materiales, muy necesarios para este mundo. Escuchemos las ilusiones y los deseos de nuestras adolescentes y jóvenes. Son vida segura para este siglo.

Montserrat VilàPlanas / 6 de marzo de 2021

Artículo completo en https://www.sinpermiso.info/textos/8-m-las-mujeres-somos-esenciales-en-la-pandemia-y-en-la-vida

https://heliadones.org/ca/

No hay comentarios:

Publicar un comentario