14/4/14

República, Repúblicas


En 9 Barris de Barcelona.
La nostalgia de una experiencia pasada que quizás no volverá a suceder va dando paso a la convicción de que el futuro vivo será republicano.
La Constitución de 1978 que entronizó una segunda restauración borbónica con un Estado del Reino de España, no aguanta los embates del paso del tiempo, de las necesidades sociales y de las demandas democráticas. El PP, el PSOE, la Corona y el extenso entramado oligárquico estatal, no están en condiciones políticas de una continuidad renovada, o de un nuevo pacto de monarquía pseudo-federalizada. El bipartidismo sólo sirve a la reacción e involución más descarada, la corona no se sostiene cómo el pilar de la democracia ni pasada, ni actual ni futura.
El sustrato republicanista español necesita reinventarse con nuevas y vigorosas alianzas con los federalismos, soberanismos e independentismos periféricos, es decir de las diferentes realidades, pueblos y naciones que componen la actual pluralidad dentro del Estado español.
España, Catalunya, Euskal Herria y Galiza, sin prejuzgar otras posibilidades, han de innovar en sus expectativas, perspectivas y posibilidades políticas. Las experiencias históricas son ilustrativas. Hoy en día, y en el futuro próximo, un proceso democrático republicano en el Reino de España tiene que tomar nota y energía del vigor mostrado por la masiva ciudadanía de Catalunya por la realización de su Consulta, con la reivindicación popular del "Somos una Nación, Nosotros decidimos, Libertad, Nuevo Estado de Europa, Hacia la Independencia". La Vía catalana de 2013 y la preparación de la "V" ("Voluntad, Votar, Victoria") de 2014 son una concreción de la posibilidad cierta de ruptura de la Constitución de 1978.
El municipalismo se cubrió de gloria, fiesta y libertad hace ochenta y tres años, al proclamar la República el 14 de abril de 1931. En Éibar se adelantaron un día; la marea republicana siguió su curso, mientras el rey Borbón abdicaba y se fugaba.
Republicanos y monárquicos conversos a toda prisa se pusieron delante de la irrupción de la revolución democrática en la que la clase trabajadora era actora fundamental. El 12 de abril las fuerzas republicanas habían ganado las elecciones municipales. El pueblo se lanzó a la calle y los generales militaristas no pudieron ante la explosión popular.
Francesc Macià proclamó unilateralmente "la República catalana a la espera que los otros pueblos de España se constituyan como Repúblicas, para formar la Confederación Ibérica". En otro discurso proclamaba: "la República catalana como Estado integrante de la Federación ibérica". Macià asume provisionalmente las funciones de Presidente del Gobierno de Cataluña, según los acuerdos del pacto de San Sebastián (17 de agosto de 1930). Tres días después se termina esta experiencia por la negativa del gobierno provisional de la II República española. El 17 de abril las fuerzas españolas y catalanas pactan una Generalitat de Catalunya y un futuro Estatut en el que habría el Derecho de Autodeterminación.
República, Repúblicas! Federación “ibérica” o confederación. Para que haya una 3ª República necesitamos ruptura con la Constitución, movimiento masivo ciudadanía y… alianzas con el proceso de ritmo más avanzado en Cataluña y el que le puede seguir vasco.
El No del Congreso a la realización de una Consulta acordada en Cataluña es la afirmación de la continuidad constitucional sin voluntad política de reforma para incluir el derecho a la autodeterminación. Un republicanismo federalista unionista de obligada unión estatal, basado en la perspectiva de reforma de la Constitución, aparece más improbable e incierto que una ruptura desde el choque de soberanías entre Catalunya i España. No hay suficientes fuerzas vivas movilizadas para el republicanismo unionista. Para impulsar movimiento republicano y ruptura constitucional se necesita la alianza con todos los federalismos nacionales y las voluntades ciudadanas de independencia. El símbolo de la independencia representa cada vez más, a cada negativa estatal constitucional, la posibilidad de ruptura y de rehacer una relaciones republicanas en igualdad entre los pueblos, según la libre decisión de cada uno de ellos..
Para una 3ª República española la perspectiva actual muestra que será más asequible con una República catalana, con mayor relación -federal, confederal- o ninguna, según las alianzas que se establezcan en esta lucha.

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