"Si al patrón le van mal los negocios esto perjudica al
trabajador" (y a la trabajadora). "Si la economía se va a pique va
mal para todos". "Ante las crisis extraordinarias el pueblo debe
poner todo de su parte y ajustarse el cinturón". Estas expresiones tan conocidas
son asumidas en tanto que verdades eternas, sin apelación posible. Como si el
interés de la gente trabajadora se pudiera asimilar de forma completa al
interés de la nación y del Estado.
Ilustración de Max. |
Los medios de comunicación, como voz de las clases
poseedoras, consideran que la nación y el Estado van bien cuando los negocios y
los asuntos de entre el 1 y el 3% de la población saca un buen provecho y el
capital da dividendos suculentos. Y basta. Aquí se acaba el interés y la
cohesión nacional para los señores de la patria y de las finanzas.
Estos días un run run mediático ha acaparado los medios con
tambores de guerra para preservar el capital español de la Repsol en Argentina.
Agitación sólo enturbiada por la contundente imagen del presidente honorífico
de la WWF España, el Rey Juan Carlos, mostrando su amor por animales tan
queridos para la población infantil ibérica como son los elefantes africanos, o
por el desprecio altivo aristocrático a la austeridad predicada desde el trono
oficial.
El argumento sobre Repsol más impresionante es que si hay
perjuicio del capital español petrolero en Argentina esto afectará y empeorará
la crisis en España, por lo tanto a la población española, también a la
catalana por lo menos mientras no se independice.
Ahora resulta que los bolsillos, los sueldos, la comida, las
casas, la enseñanza, la salud y los hospitales, dependen de las migajas que los
pulpos y las sanguijuelas de la Caja y de Repsol puedan recaudar de chupar la
sangre de la gente trabajadora argentina y de sus recursos naturales.
Y antes de esta amenaza a Repsol ¿no eran los mismos
capitalistas y consocios, los señores de los mercados, los que nos están
hundiendo en la miseria económica, en la involución social y democrática?
La componente imperialista del capital español y catalán es
algo a rechazar y a nacionalizar. La cohesión social no puede ser con los
destructores de lo social. Ninguna solidaridad ni frente de entendimiento con
Repsol ni La Caixa. Ninguna comprensión con el dinero, acciones y empresas
españolas y catalanas en Argentina ni en ninguna parte. Ningún acuerdo con los
tambores de guerra gubernamentales patrióticos contra Argentina.
La izquierda no tenemos ni debemos hacer causa común con
Repsol. Los intereses de la patronal son nocivos para la gente trabajadora.
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