La mayoría absoluta estatal del PP ha sufrido una seria vía
de agua en las elecciones andaluzas. El voto de Andalucía ha frenado en seco la
marea azul y ha dejado en la cuneta del gobierno de la Junta a Javier Arenas.
El PP ha superado al PSOE, pero ha quedado lejos de la suma de las izquierdas
entre PSOE e IU. La población ha castigado al PSOE pero no al precio de forzar
el cambio al PP. Una corrección sublime ante las medidas brutales de austeridad
del gobierno del PP de Rajoy y de su reforma laboral. La preparación de la
huelga general movilizó una parte suficiente de conciencia trabajadora. La
crisis económico tampoco dio ningún síntoma de mejora.
Un doble dilema se ha abierto para Izquierda Unida. Si
persistir en la "vía extremeña" o "alavesa" con la cual el
PP consiguió el gobierno en Extremadura, es decir si apoyar o no la investidura
del PSOE frente a la del PP. El segundo es sobre cuál es la mejor manera de
conseguir unas políticas que favorezcan a la gente trabajadora, el de formar
parte de un nuevo gobierno entre PSOE e IU o determinar un gobierno PSOE
minoritario y sus políticas desde el Parlamento.
IU abrió un intenso debate entre su afiliación que concluye
en un referéndum interno.
Los escenarios
1) apoyo a la investidura con los pactos puntuales desde el
Parlamento de la Junta según las políticas pero sin entrar en el gobierno, o 2)
investidura con pacto de legislatura sin entrar en el gobierno, o 3)
investidura con pacto de legislatura y formando parte del gobierno.
Los acuerdos de programa y la capacidad de gestión son los
que determinan por dónde se decanta IU: la opción mayoritaria es la tercera.
En el referéndum interno la mayoría de IU optó por la participación
en el gobierno. Una minoría significativa consideró que no era conveniente un gobierno
conjunto de IU con el PSOE (una parte votó por el no, otra defendió el no y organizó
un referéndum paralelo).
Trinchera autonómica
Movilizar y gobernar
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