¿Sirve el éxito de la huelga para parar los pies al gobierno
PP y conseguir la retirada de la reforma laboral? ¿Qué hemos de hacer para
convertir la buena respuesta y acogida de la huelga en políticas que mejoren
las condiciones de la población trabajadora? Los Presupuestos Generales del
Estado del PP van en sentido contrario a la exigencia sindical y ciudadana
expresada en la huelga.
Las propuestas y las políticas alternativas necesitan de un
instrumento de dirección social, ciudadana y política que lidere la prosecución
de la movilización contra el PP y sus políticas.
En La Aurora se plantean esas cuestiones.
La jornada de Huelga General del 29M hay ha sido un éxito
rotundo. El seguimiento de la huelga y las inmensas manifestaciones han pasado
por encima de las amenazas del gobierno, los chantajes de la patronal y el
miedo de mucha gente trabajadora, en situaciones de precariedad, a ser
despedida.
Para el Partido Obrero Revolucionario la jornada de Huelga
General del 29M ha sido un éxito del conjunto del pueblo y la gente
trabajadora. La Huelga General convocada contra una reforma laboral, que no
puede ser calificada más que de “golpe de estado” a favor de los empresarios,
que precariza al extremo las condiciones laborales e intenta romper la defensa
de los intereses de los trabajadores en los centros de trabajo, atacando a los
sindicatos y comités de empresa.
La convocatoria de Huelga General por parte de CC.OO y UGT
ya fue un éxito, al coincidir, además con la convocatoria de los sindicatos en Euskadi
i Galicia. El apoyo unitario y masivo de las organizaciones sindicales,
sociales y políticas de la izquierda muestran la senda de la movilización y la
unidad como el camino a seguir para enfrentarse a los planes del capital,
resistir a sus embates y forjar una alternativa de lucha.
La unidad de los sindicatos, movimiento del 15m, partidos de
izquierda, plataformas contra los desahucios, contra las privatizaciones y los
recortes...nos da la fuerza y es lo que exige la gente trabajadora para hacer
frente a una crisis que los capitalistas, sus gobiernos y sus medios de
comunicación quieren hacer pagar a las clases populares: paro, precariedad,
ataque a los derechos sociales y servicios públicos.
Ha sido un éxito por el nivel de seguimiento en los centros
de trabajo a pesar de la campaña de amenazas del gobierno, los chantajes de la
patronal y el miedo de mucha gente trabajadora, en situaciones de precariedad,
a ser despedida.
La Huelga de 29 de marzo ha tenido un seguimiento muy
superior a la Huelga del 29 de septiembre de 2010. Esto puede comprobarse por
el número de fábricas y empresas que han secundado la Huelga, el mayor cierre
de comercios, la movilización de comités de apoyo a la Huelga en barrios y
ciudades, la actividad de los piquetes informativos, como especialmente por las
inmensas manifestaciones a lo largo de todo el día de Huelga en todas las
ciudades grandes o pequeñas.
La clase trabajadora tomó la calle. Mostró su rechazo a la
batería de ataques y lo hizo por millones en todo el Estado. Demostró que hay
propuestas alternativas y que va a haber lucha.
Naturalmente el Gobierno del PP y sus aliados de CiU, con el
altavoz de sus medios, lo minimizan al máximo, atacan a los sindicatos, hablan
de fracaso porque el gobierno no “va a cambiar una coma”, buscan el apoyo de la
Comisión Europea, del Banco Central, del FMI... con unos presupuestos que
redoblan el ataque a los trabajadores e instauran una amnistía para los
defraudadores. Estos presupuestos son otra burla que muestra a las claras que sólo
tienen un interés: hacer pagar la crisis que ellos han provocado a los
trabajadores, obreros, pensionistas y parados.
La respuesta y la movilización de la Huelga General han
abierto el camino para exigir, con toda la legitimidad y toda la fuerza, la retirada
de la Reforma laboral.
CC.OO. y UGT han anunciado que si no es así aumentarán la
movilización social. Está bien, pero debería evitarse que la “agenda” la marque
el Gobierno y la patronal, porque su objetivo es romper la capacidad de los
sindicatos de representar a los trabajadores. También llaman a la negociación,
a obligar al Gobierno a reconocer a los sindicatos como legítimos
interlocutores sociales. Pero esperar un gesto de “buena voluntad” sería creer
en cuentos de hadas. El Gobierno y la patronal quieren cambiar radicalmente a
su favor la correlacion de fuerzas y solo la resistencia unitaria de los
trabajadores y trabajadoras puede impedirlo.
La huelga general ha sido un golpe para el gobierno Rajoy,
pero tumbar esta reforma va a necesitar de más golpes, de más movilización: más
sostenida e intensa, vinculada a los movimientos y la izquierda social. No es
una ley lo que está en juego: Son las condiciones de vida y los derechos de
toda la clase trabajadora (con trabajo o sin él), de las capas populares, la
juventud, las y los pensionistas...
El éxito de la Huelga General ha querido ser empañado por
los gobiernos del PP y de CiU, exagerando y haciendo casi omnipresentes los
actos de violencia, que atribuyen sistemáticamente a los piquetes. Con ello
quieren volver a la carga con la restricción del derecho de huelga y de los
piquetes, a los que policías camuflados sin identificar acosaron desde del
primer momento. La violencia gratuita nada tiene que ver con los piquetes, pero
curiosamente a quienes se mantiene en prisión es a los integrantes de los
piquetes sindicales.
¿Qué justicia es la que deja en libertad a los corruptos y
manda a prisión a estudiantes y sindicalistas? Exigimos la libertad inmediata
de todos los detenidos en prisión preventiva, a los cuales se niega el derecho
a la “presunción de inocencia”.
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