El efecto Dumbo desacredita al Rey y daña la monarquía. El
matar elefantes y la ostentación del despilfarro económico se han juntado en el
imaginario popular.
El estupor ha dado paso a la indignación y la burla. El
chascarrillo popular es horror sublimado ante los sentimientos y ocupaciones de
la persona que encarna al Jefe del Estado (no electo) y a la Monarquía. ¿Para
eso sirve una monarquía? ¿A qué se dedica en realidad un Rey? ¿No se trataba de
transferir la adrenalina de la caza a la fotografía y la observación de la naturaleza
viva, para contribuir en corazón y alma a preservar la naturaleza y sus criaturas
animales?
Juan Carlos I ¿puede defender y presidir organismos de defensa
de la naturaleza y de los animales mientras su alma de cazador empedernido se
dedica a matar a los estimados elefantes? ¿puede predicar austeridad y
contención, cohesión social y aunar sacrificios frente a la crisis, cuando se
dedica a gastar el dinero de la ciudadanía contribuyente en caza mayor, en
safaris de gran lujo? ¿Quizás no da valor a los impuestos y a los sacrificios
de la ciudadanía que son aún sus súbditos pues la Casa real no paga impuestos
ni se aprieta para nada el cinturón?
Ante ese veredicto popular tan contundente, que se ha
extendido veloz como el viento y se ha colado en todos los hogares, las
declaraciones de que era contraproducente la crítica para no dañar a
instituciones en medio de la crisis, son de lo más pueril y ridículo.
Es el rey, estúpidos.
Es el mismo rey quien se dedica con pasión a desacreditar la
corona real y a presentar una imagen de inútil y onerosa para la monarquía.
Las excusas que se piden a media voz no van a reparar la
imagen penosa de esa cacería de elefantes. Dumbo no puede morir asesinado por alguien
respetable, ha de serlo por un malo malísimo sin entrañas.
Sería mucho mejor que en vez de excusas, políticos y
sindicalistas, pidieran la abdicación.
IU plantea un referéndum sobre la monarquía o república. Va
siendo hora de que la ciudadanía disponga de la soberanía completa y plena. En
cualquier caso que se elija al Jefe del Estado. El rey, los príncipes, la casa
real, se dediquen a sus armas y negocios, sin que sea a cargo del Estado, es
decir de los impuestos de la ciudadanía contribuyente. Que ninguna persona e
institución coarte la soberanía ciudadana.
Dumbo ha de vivir, cualquier niño y niña lo saben.
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