La Via Catalana, una movilización popular y transversal · 4
David Companyon. SinPermiso. 15/09/13. Esta marea humana es fruto de un movimiento popular,
transversal, que va mucho más allá de la composición actual de los partidos en
Catalunya y que está metamorfoseando el panorama político catalán. A las nueve
de la mañana del 11-S, momento en que todos los partidos hacen –uno tras otro-
una ofrenda floral a la estatua de Rafael de Casanovas, lo más comentado era la
encuesta de la cadena SER: ratificaba el “sorpasso” de ERC sobre CiU, colocaba
a Ciutadans como tercera fuerza, ICV-EUiA como cuarta y luego al PSC, PP y la
CUP.
Pero más sorprendentes eran las intenciones directas de
voto: ERC (20%), ICV-EUiA 11,5%), CiU (11%), C’S (7,5), CUP (5%), PSC (3,5%),
con el PP (2%) como último partido.
Más allá de las valoraciones, cocinas demoscópicas y votos
ocultos, la tendencia continuada de todas las encuestas demuestra hasta qué
punto es compleja la situación, como afecta hasta el último rincón de cada
partido y de arriba abajo a toda la sociedad. La misma encuesta seguía
mostrando un amplísimo apoyo a la consulta y una mayoría (52%) favorable a la
independencia de Catalunya y una minoría (24%) en contra. El otro 24% son
indecisos y estos cada vez basculan más hacia la mayoría. El 80% sigue siendo
partidario de la consulta y un 74% quieren que se celebre aunque no tenga el
acuerdo del Gobierno de España.
La importancia de este movimiento consiste en que es capaz
de expresar la voluntad de cambio, el hartazgo sobre la crisis económica, la
voultad de plantear sobre nuevas bases las relaciones entre España y Catalunya
tras el fracaso de los sucesivos intentos de pactar nuevas formulas. Esta
voluntad de cambio es la única manera hoy de modificar las relaciones impuestas,
tanto sobre las clases trabajadoras como sobre los pueblos del Reino de España.
Desde las izquierdas, eso es lo que deberíamos ver como
positivo: la posibilidad de confluir las luchas por los derechos de los pueblos
y las luchas sociales contra las políticas neoliberales.
No es la gran burguesía catalana quien encabeza el
movimiento ni quién se beneficia de él. Al contrario, la gran burgesia catalana
de los Godó, Fainé, Alemany, Piqué… es la que se reúne a comer con Rajoy en la
Moncloa para hacer descarrilar el proceso soberanista.
Quienes aseguran –para despreciarlo- que el movimiento está
manipulado y dirigido por CiU deberían explicar cómo es posible que desde el
anterior 11 de Septiembre CiU no sólo perdió 12 diputados en las elecciones de
noviembre, sino que todas las encuestas reflejan una erosión continua de apoyo
popular para la coalición de Mas y Duran, hasta mínimos históricos, en
beneficio especialmente de su actual socio ERC, pero también de ICV-EUiA y las
CUP (que combinan la reivindicación nacional con las luchas contra los recortes
sociales). Y por otro lado, por la derecha y el “unionismo”, de
Ciutadans, con un descenso constante del PSC, a pesar de su
pseudo-federalismo, y el PP. La movilización por el derecho a decidir está reforzando
las opciones más a la izquierda, que reflejan mejor el movimiento transversal y
popular y no a las que están a la derecha, como CiU.
La exigencia de una consulta y del derecho a la
autodeterminación no oculta la crisis social que vive Catalunya. La lucha por
los derechos sociales es inseparable de los nacionales. Se vio en el Concierto
por la Libertad en el Camp Nou o incluso en la misma cadena de este 11-S.
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