28/9/13

El factor social es fundamental


De el Roto.

Las Pensiones y la Reforma laboral se merecen toda la atención y dedicación.
El factor social es fundamental, tanto para la gente trabajadora como para el conjunto de la población. La ventaja radica en que lo social y laboral afecta muy similar a la gente trabajadora del conjunto de pueblos del Estado español. Además, se va viendo la necesidad de una equiparación europea, en derechos, condiciones y ciudadanía, para posibilitar ofrecer una alternativa a la crisis y a las políticas de recortes y destrucción del trabajo.
Esta clave social vital queda bloqueada por las instituciones políticas y los Estados de la Unión Europea (UE). Asimismo se atasca en las inercias nacionales y locales de las actuales organizaciones sindicales y políticas en Europa.
La disminución de soberanía económica y política de cada Estado de la UE, disminuye la capacidad de control estatal y nacional, pero no acaba de ser sustituido por una óptica social trabajadora europea. Las tendencias nacional o plurinacionales dentro de cada Estado dificultan un cambio de paradigma en verdaderas organizaciones y entidades trabajadoras de vertebración europeas.
Ya hay unas interrelaciones europeas sindicalistas y de partidos. Ahora bien, los programas y la acción aún está muy por atrás del plan eurodestructor que despliega el poder financiero, industrial y comercial europeo. Hay una orientación miserable reforzada con la consolidación del BCE y Merkel en las recientes elecciones alemanas. Un plan alternativo debería basarse en derechos sociales, laborales y democráticos de una ciudadanía de nacionalidad europea que superara el mantra nacional patriótico de cada Estado actual, o de los futuros que pugnan por hacerse un lugar en la sombra de esta UE.
La izquierda, los sindicalismos, deberíamos ser más atrevidos y tomar ejemplo de las experiencias y movilizaciones de éxito. Conviene estudiarlas y adaptarlas a las necesidades sociales acuciantes.
Disponemos de experiencias de marchas europeas, las propuestas de huelgas generales euroregionales propugnadas por Syriza, las movilizaciones unitarias y unificadoras de las mareas y del 15 M, la huelga indefinida de la docencia en las Islas Baleares (a pesar de la pequeña dimensión insular).
En el Estado español hemos vivido recientemente el estallido democrático de la movilización nacional con la "Via Catalana hacia la independencia" (una cadena humana masiva e inmensa de 400 Km), con su entidad de referencia la Asamblea Nacional Catalana (ANC).
Se ha formado la Cumbre social en Madrid y la Plataforma contra los recortes en Cataluña. Hay el innovador sustrato del 15 M. ¿Cómo podemos llenar de movimiento de base unitario estos embriones de lucha social decisiva?
Quizás deberíamos contemplar trabajar por una Asamblea Social Catalana y una Vía Social masiva que enlazara tanto lo social catalán como español? ¿Podríamos seguir con una cadena humana social por Europa?
En Cataluña la movilización por el hecho nacional es tan profunda -Via catalana, Consulta, Independencia, Nuevo Estado de Europa- que necesitamos aprovecharla completamente para situar con todo el compromiso las reivindicaciones y factor social.
En el Estado del Reino de España el eslabón débil de la cadena es la Autonomía catalana.
El conjunto institucional y constitucional de pacto político de la segunda restauración borbónica, con el bipartidismo instaurado, es el elemento concreto existente que daña y destruye las condiciones de vida de la población y rompe toda cohesión social, mientras fuerza una involución democrática y la asfixia municipal.
Si hay en la actualidad un punto de ruptura en este Estado coronado, está incluido en la movilización de la "Via catalana". La realización de la Consulta es crucial. Una consecución de soberanía catalana puede hacer estallar una Corona que niega las naciones y destruye al pueblo en su mayoría trabajadora. Un proceso ciudadano que lleve a una República catalana favorecería el progreso y situar una República española como alternativa política.
El factor social catalán y español tiene todo a ganar y nada que perder en que la crisis democrática estatal española y nacional catalana, enterrase los instrumentos monárquicos estatales contra los pueblos.

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