Propiedad, toros, violencia de género. Tres tipos de
violencia, social e económica, cultural, la machista de género contra las
mujeres.
Ángeles Caso nos muestra en un artículo del fin de semana
una vigorosa y revolucionaria faceta espiritual con compromiso social de Gaspar
Melchor de Jovellanos. Su "Recordando a Jovellanos", es una
recuperación del liberal en su contexto de hace doscientos años.
Ni que decir que Jovellanos pagó con el destierro -de la
Corte- y la cárcel, sus concepciones y compromiso con el progreso, el democrático
burgués y social, en la España terrateniente, neo feudal y clerical de la
Inquisición.
Podríamos aplicarlo a las andadas del yerno real, a las
sandeces de Cayetano de Alba, y a los insultos humillantes de Duran Lleida a
los jornaleros andaluces. Nada más autentico que gozar y holgar en las grandes
suites de hoteles como el Ritz, para que la pandereta clerical patriarcal de
señorito se mantenga viva en personajes de nuestra Corte de los milagros.
Uno de los versos de Jovellanos citados en el aleccionador
artículo de Ángeles Caso:
“(...) El fatal nombre / de propiedad, primero detestado, /
será por fin desconocido. ¡Infame, / funesto nombre, fuente y sola causa / de
tanto mal! (...) / No más los campos de inocente sangre / regados se verán, ni
con horrendo / bramido, llamas y feroz tumulto, / por la ambición frenética
turbados. / Todo será común, que ni la tierra / con su sudor ablandará el
colono / para un ingrato y orgulloso dueño.”
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