En este panorama de derecha hegemónica, políticas de derechas
sin resultados positivos para la población, de izquierda debilitada y
desmoralizada, con un tenue, frágil y parcial agrupamiento con el eje en IU, conviene
más una acción social y política concreta que alardes ideológicos que se
aparten demasiado de la conciencia imperante en la ciudadanía trabajadora. La
tentación de substituir una labor paciente unitaria para frenar la involución
recortadora reaccionaria, en condiciones de vida materiales y en derechos de
soberanía democrática por una radicalización propagandista, es latente y notoria
a la izquierda del PSOE, en IU, y a la izquierda de IU, en la extrema izquierda
extraparlamentaria.
En agosto pasado en Pamplona, la Izquierda abertzale lo
expresaba de manera muy gráfica: "Hemos asumido que la gente en su mayoría
no come independencia, no bebe de proclamas, con Bildu (y después ha sido Amaiur)
vamos a conseguir cosas concretas tangibles, y por supuesto combatimos por la
libertad y la independencia de Euskal Herria".
Se trata de hacer camino, paso a paso, sin perder de vista
el norte, con la brújula de los principios y el programa de la experiencia
histórica acumulada, con el rumbo a una sociedad colectiva, socialista,
democrática, e igualitaria en lo social, en lo nacional, y en el género entre
las mujeres y los hombres. ¿No dicen en las plazas con destellos de
clarividencia "Vamos despacio porque vamos lejos"?
Miniserie del artículo en LA AURORA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario