El escenario político ha cambiado. La crisis económica
arrecia. El PP dispone de mayoría absoluta, además mayoría de CiU en Cataluña.
Corresponde a Izquierda Unida (IU), y a todas las organizaciones de la
izquierda un cambio profundo para enfocar la nueva situación.
La tarea actual e ineludible de cualquier organización
trabajadora y de las izquierdas es la unidad, con la confluencia en la acción y
la movilización contra el PP (CiU, PNV, y UPyD), para hacer frente a las
políticas de austeridad y recortes del euro de la UE, con el tándem alemán
francés de Merkel y Sarkozy.
El reto está planteado en construir una izquierda de
apertura, participación y confluencia compartida. Esta labor necesita ser profunda
e inclusiva, sin exclusiones por criterios de lo que se ha hecho o lo que se ha
dejado de hacer. La memoria social y política es obligada, pero la movilización
de la masa social ciudadana trabajadora necesita de todas las fuerzas y
segmentos sociales en clave unitaria y combativa.
El PSOE se ha hundido en las elecciones y ha sufrido un
tremendo golpe, le va a costar desprenderse de las políticas neoliberales que
benefician al país pero que sellan la involución en las condiciones de vida
trabajadoras, y no evitan la miseria de las cinco millones de personas en el
paro. El apoyo electoral con siete millones en votos no auguran que se vaya a
tocar suelo y a remontar, ni mucho menos a liderar el nuevo tiempo contra el
PP. Esa izquierda hundida y desencantada está amordazada y atenazada por su
incapacidad en ofrecer unas políticas distintas a las impuestas por la UE.
Miniserie del artículo de LA AURORA.
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