El
petróleo manda, genera codicia como un maná, peor que los diamantes de sangre. El
sátrapa libio no ha merecido un juicio, abatido de otra manera pero tipo Bin
Laden, manu militari. Sus clientes se han cobrado la pieza mejor muerta que
viva, no fuera que salieran con toda la porquería que expanden a punta de
petrodólares y de sofisticados robocops superarmados.
Muamar
el Gadafi, el otrora revolucionario verde antiimperialista, convertido en
dictador bañado en oro negro, quedó tocado por la onda expansiva de la primavera
democrática árabe. Los grandes sátrapas del dinero y de las armas saltaron
sobre la ocasión. Gadafi ha sido asesinado, sin juicio, por las democracias
militaristas. La OTAN ha actuado de verdugo ejecutor, los gobiernos occidentales
de carroñeros de las antiguas colonias.
Pongo
en este post el trino -twit- que lleva a unas imágenes elocuentes.
por blancacia
La
primavera árabe tendrá que renacer y limpiar esa escoria que chupará la sangre
y el petróleo oro de Líbia.
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