#acampadasol (Madrid) y #acampadabcn (Cataluña) se han
constituido en el epicentro de los nódulos de la acción indignada global. La
indignación rebelde ha tomado las calles en grandes urbes de los cinco
continentes. Desde la nube la acción organizada funciona de maravillas. El Ave
Fénix #15 M vuelve a elevarse en un vuelo majestuoso.
la juventud en acción concita la simpatía ciudadana,
arrastra y confluye con el sindicalismo y con las organizaciones políticas de
las izquierdas. Lo hace de manera colectiva, unitaria y masiva.
En vez de minoría, parte o vanguardia, es un destilado de
una ciudadanía y de una sociedad que no aceptan las consecuencias de la crisis,
ni que las políticas para resolver la crisis económica hayan de perjudicar a la
gran mayoría de la población y salvaguardar los beneficios de lo banqueros y
grandes fortunas, ni a los privilegios del estamento político oficial.
Las consignas sencillas, claras, comprensibles y de gran
impacto. Con unos pocos lemas del movimiento 15 M sintetizan el sentimiento
profundo y la necesidad de la ciudadanía. Estas verdades como puños expresan una
inaudita capacidad creativa, una virtuosa clarividencia basada en las nuevas
tecnologías TIC de la sociedad del conocimiento, con el uso intensivo de las posibilidades
que brinda la nube y las redes sociales, la práctica sin prevenciones de los
modernos conocimientos de dinámica de grupos, resolución de conflictos,
consenso colectivo y técnicas pedagógicas dialógicas.
Tenemos ante los ojos un fenómeno inédito de propuestas
inmediatas y de futuro, con una movilización masiva potente internacional, y
una organización difusa y eficaz sin liderazgos reconocibles, ni manos negras y
Estados moviendo las marionetas.
¿Es una revolución? ¿Es revolucionario? Por el momento es un
algo ciudadano, popular, interclasista. Es una revuelta parcial de los sin
futuro y de quienes no quieren una vuelta atrás de cien años en la historia,
cosa por lo demás imposible, al menos de la misma manera en que la hemos
conocido. Es una rebelión pacífica y cívica, en estadio de generación de
denuncia y propuesta, de petición a los poderes económicos y políticos, con
grandes dosis de ilusión en corregir lo que se denuncia como graves errores del
sistema "resetearlo". Aún hay que hacer camino hasta probar si sirve
"resetear" o es necesario cambiar programa y ordenador.
La rebeldía de la denuncia convertida en movilización
contiene los ingredientes para una transformación social revolucionaria. La
denuncia, la movilización, se aboca al reto de convertir las propuestas en
conseguir cosas sensibles.
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