La manifestación de Bilbao abre el auténtico escenario de perspectiva
de paz y libertad. ETA finaliza. Viva la fuerza de la ciudadanía en masa por la
libertad.
La derecha y los medios en el Estado y el PSOE gubernamental
español, claman por el fracaso de las armas de una ETA derrotada, y se otorgan
el éxito unilateral de la victoria. Una vez más no parece tengan en cuenta a la
población vasca, ni las causas con los problemas políticos irresueltos que han alimentado
durante medio siglo esta situación, ni las necesidades políticas de consolidar
esta decisión de ETA, ni de propiciar la perspectiva de paz y normalización,
con medidas políticas democráticas ineludibles como la libertad de Otegi, la legalización
de Sortu -verdadero artífice junto a la población vasca de esa decisión de
ETA-, y la inevitable derogación de la Ley Parot para que los presos vascos
tengan los mismos derechos que los demás presos y además su calidad de
políticos.
El coche bomba ha dado el paso superado por la presión popular
de la ciudadanía en masa por la libertad.
Cierto que ETA no ha podido vencer a las FFAA del Estado, obvio
que no ha conseguido la independencia de Euskal Herria. Meridiano que ETA se ha
debilitado por los golpes de la represión. Pero engaña quienes desde los
poderosos medios del Estado, militares represivos, políticos, judiciales,
para-policiales a-legales e ilegales bien denunciados por Amnistía
Internacional, propagan que han vencido a ETA. La realidad es que el Estado ha
conseguido acorralar, pero tampoco ha podido ni vencer ni derrotar a ETA, ni
erradicar la voluntad de pueblo ni de libertad vasca.
Ha tenido que ser la maduración ciudadanía colectiva vasca,
años de sufrimiento y terror, para vislumbrar un camino más efectivo, la lucha
política masiva ciudadana popular.
Esta maduración política se ha expresado de mil maneras, en
los presos, en las dirigencias de ETA, en los distintos procesos de la izquierda
abertzale, en las rupturas y en las agrupaciones. El vehículo de esa
transformación de toda una población ha cristalizado en el fenómeno de la
coalición Bildu, y ahora para las elecciones estatales con Amaiur. Y ETA ha podido
dar ese paso así porque forma parte intrínseca del concentrado de ese pueblo.
La izquierda abertzale, ilegalizada, represaliada, torturada,
exiliada, encarcelada, y a cara descubierta, se ha convertido en el vehículo,
en la expresión de una voluntad popular generalizada mayoritaria. Y lo ha sido
junto a componentes reales de los distintos sectores sociales de la izquierda,
arrastrando a una masa imponente ciudadana. Ni Sortu, ni Bildu, ni Amaiur son
ETA, tampoco EA, Aralar, Alternativa y Erabaki, incluso independientemente de
las personas individuales.
La voluntad profunda de la ciudadanía, la evolución
autodeterminacionista de la izquierda abertzale con la confluencia en Bildu i
Amaiur, el Acuerdo de Gernika y la Conferencia internacional de Paz, son
jalones todos necesarios para el desenlace tan deseado de pasar a la lucha política
por la libertad de Eukal Herria, su derecho a la autodeterminación, y ante las
nuevas responsabilidades la incorporación de la lucha social contra la crisis y
por tanto frente a la gran propiedad vasca.
En las entrevistas y encuentros que he realizado con la izquierda
abertzale y Bildu en agosto en Pamplona y en septiembre Gipuzkoa, en los
acuerdos de confluencia, rezumaba esa explosión vital de una población que pugnaba
por una nueva etapa política y también social. Como la vida es muy compleja no
siempre la necesidad, la verdad, y la razón colectiva llegan a prosperar y
ganan, pero esa vez sí. Al menos las elecciones municipales dieron un vuelco, la
decisión de ETA sanciona la razón política y el derecho a que sea la ciudadanía
quien decida y no otras partes por ella, y ahora la movilización ciudadana
preludia otro asalto en las elecciones generales. Amaiur sale a la campaña con el
maillot amarillo en este Tour tan largo y penoso.
Txelui Moreno era claro en una entrevista "Desde el PP
hasta la izquierda abertzale hemos de trazar la hoja de ruta". En la
manifestación de Bilbao dirigentes destacados planteaban "Para ello,
reivindicamos la necesidad del diálogo político porque las bases de la futura
convivencia democrática sólo pueden construirse desde el acuerdo entre todas
las culturas políticas de Euskal Herria". Han recordado los principios del
Acuerdo de Gernika, para señalar que no se puede perder "esta oportunidad
histórica", y junto a "las consecuencias del conflicto", han
abogado por dar respuesta a sus "causas", han seguido que es "la
ciudadanía vasca" la "llave del nuevo escenario" por encima de
los Estados español y francés, por encima de los partidos políticos. Han
resaltado que es "la propia sociedad vasca" la única dueña del
"futuro de este pueblo". "Y vamos a decidir sobre nuestro
futuro, en paz y en democracia vamos a decidir".
La llave ciudadana movilizada por la libertad y por la
defensa social es la victoria. La manifestación de Bilbao es una muestra de
poder nuevo, de victoria actual, y de promesa de libertad futura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario