Los tambores de movilización sindical y ciudadana han
redoblado su potencia, proseguir ese camino de plantar cara y lucha requiere un
plan. Esta es la apreciación de La Aurora en su carta.
Necesitamos un plan Las manifestaciones del 19 de febrero
contra la reforma laboral, en realidad un golpe de estado laboral, han sido
todo un éxito. Los sindicatos han calculado que casi dos millones de personas
salieron a la calle. Una clara respuesta al durísimo ataque del gobierno Rajoy.
Digámoslo una vez más: la reforma laboral no pretende crear empleo sino
empeorar las condiciones y los derechos de la clase trabajadora, también de los
parados. El gobierno Rajoy declara que las urnas le han dado legitimidad para
estas medidas, pero no es verdad. En el voto no se decía “subirán los
impuestos”, ni tampoco “se abaratará el despido”. La verdadera democracia no es
que uno vota y el gobierno hace lo que le viene en gana. La verdadera
democracia debería ser las necesidades del pueblo convertidas en medidas de
gobierno y no al revés, las necesidades de los banqueros y la patronal
convertidas en gobierno. Por eso también los sindicatos y la movilización
tienen su legitimidad para defender y exigir sus reivindicaciones. Esta reforma
laboral rompe las reglas de juego en las relaciones entre trabajadores y
patronos y decanta las leyes en un solo sentido: el de los capitalistas. Y los
ataques no acaban aquí. Ahora amenazan con recortar el derecho de huelga; si
tienen que recortar 40.000 millones en los Presupuestos querrán atacar las
pensiones o el subsidio de desempleo. Ya lo hemos visto en Grecia y en
Portugal. Eso es lo que prepara Rajoy para cumplir los deseos de Merkozy y la
banca. Por lo tanto, necesitamos un plan para continuar la movilización, para
seguir sumando fuerzas, para preparar una huelga general y, sobre todo, para
lograr movilizar al conjunto de la ciudadanía. El gobierno ha roto las reglas
del juego, poco puede esperarse de la negociación y menos de una rectificación,
a no ser que la fuerza de la movilización lo consiga. Necesitamos también
generar una alternativa política al PP que reúna todas las fuerzas de la
izquierda, que conforme un bloque o una alianza social que responda a las
necesidades de la población trabajadora: inversiones públicas para crear
empleo; reparto del tiempo de trabajo; una banca pública; detener los recortes
en sanidad y enseñanza… Algunos pasos se están dando, como la Plataforma en
defensa de los servicios públicos constituida en Madrid. Una iniciativa a
seguir y ampliar: la de sumar fuerzas para defender lo nuestro. 21 de febrero de 2012
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