En una entrevista José Luis Sampedro contestaba a la
pregunta de "Otro mundo es posible" con un categórico "No señor:
otro mundo es seguro". Sampedro se pregunta sobre el fin del sistema, y
avisa: " viene algo comparable a lo que hicieron los bárbaros con
Roma". Pero no es apocalíptico, su vena científica le lleva a indicar
"Vivimos la decadencia del sistema, pero la historia no se acaba".
Eso viene a colación porque en este "no se acaba" hay
otras políticas burguesas posibles. La perspectiva apocalíptica es también la que
resulta prisionera de que sólo habría una manera de hacer. La realidad es que
cada clase social, diferentes segmentaciones entre la clase dominante, o entre
las trabajadoras, pueden aportar propuestas y perspectivas diferentes en las
políticas económicas en función de su punto de mira social. Lo que conviene a
la componente del capital financiero puede perjudicar mucho a la burguesía
agraria, comercial e industrial y al revés, y la mayor parte de las ocasiones a
la población trabajadora.
Las propuestas que adoptan el punto de vista de la clase
trabajadora son las más importantes para la lucha, sean sindicales, de
segmentos políticos u otros que se mantengan en el sistema social burgués, o
sean elementos de ruptura revolucionaria.
Pero nos es obligado y también útil estudiar los programas y
propuestas distintas en el seno de la clase dominante.
La propuesta del presidente USA, Barack Obama, como base
para su reelección, da la idea de que la profundidad y extensión de la crisis hace
mella en el seno del imperialismo norteamericano, pues tantea otras políticas.
Obama ha enviado al Congreso norteamericano unos
presupuestos para 2013 con unos trazos a tomar nota: a) más impuestos para los
ingresos altos, con una tasa especial
para las grandes fortunas, b) más inversiones en infraestructuras y educación, c)
y una meta de largo plazo para la reducción del déficit, d) sin perjudicar las
bases para el crecimiento económico y la creación de empleo.
Estos presupuestos no se aprobarán en el Capitolio, pero ahí
va un órdago económico. Una propuesta muy distinta de la que se aplica en Europa
con mano dictatorial de hierro, a la que se plegó el PSOE con Zapatero y
Rubalcaba, y ahora acentúa Rajoy del PP con el sostén de Mas de CiU.
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