Las lecciones vascas son igualmente útiles para Cataluña, con todas las diferencias que se puedan dilucidar. Quizás conviene tener en cuenta lo de “cuando las barbas del vecino veas cortar pon las tuyas a remojar”.
Se nota la parálisis del gobierno de la Generalitat en torno al PSC de Montilla. Se hace patética en la incapacidad para hacer frente a la defensa del nuevo Estatut, la Financiación, la Educación y Servicios públicos, Vivienda de alquiler, la defensa de los puestos de trabajo y freno a los EREs. El sigilo y discreción en torno a renovación del Acord d’Entesa de Progrés, topa con la sumisión y compromisos con el gobierno estatal, pero también con la orientación continuista de las políticas neoliberales de CiU, con una versión social liberal del PSC en los parámetros económicos básicos.
Veo conveniente abrir la reflexión sobre la necesidad de diferenciarse, tanto de las políticas continuistas privatizadoras de CiU, pues no favorecen a las clases trabajadoras, como de un gobierno que se percibe sumiso y cómplice con los poderes dominantes patronales y estatales.
Es en la renovación del pacto de Entesa donde se ha de proponer un giro a la izquierda en sus elementos y políticas básicas económicas, y en el cumplimiento de los compromisos sociales. Difícilmente habrá credibilidad sin esto.
Para la ciudadanía, y para las clases trabajadoras, los beneficios de cierta gestión en algunas políticas sociales, no compensan el coste político de progresiva impopularidad en los segmentos y empresas afectadas por la crisis, y en las poblaciones, con graves deficiencias en los servicios y derechos públicos.
Empieza a ser tiempo de hacer algo más que declaraciones en los medios. Se necesita compromiso y movilización. Es tiempo de distanciarse de las políticas mencionadas y del gobierno.
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