El eje social y el democrático nacional han marcado su impronta en la última etapa del gobierno vasco de coalición entre la derecha burguesa nacional vasca (PNV), su fracción más soberanista (EA), y la izquierda trabajadora federalista de libre adhesión de EBB.
La crisis económica, lo social, ha avanzado en las preocupaciones y en las condiciones de la población trabajadora. Esto ha introducido nuevas contradicciones entre los coaligados. Por supuesto con una EBB en creciente compromiso con la defensa laboral y la acción sindical, sobre los accidentes en el trabajo y la salud laboral. Pero con un PSE que se presenta como izquierda y alternativa frente a la derecha y el PNV.
En la fractura nacional han pesado otros factores. Indudable el efecto de distorsión completa e inmediata de la ilegalización de D3M. Ahora bien, incluso en este elemento podemos desbrozar factores profundos objetivos, como el cansancio a la hora de mantener esperanza y expectativas en avanzar en la libertad o en la negociación política con los mismos actores que no lo están consiguiendo.
Pasan los años, se suceden experiencias distintas, sin embargo se pospone cada vez lo que ahora denomina ambiguamente como el derecho a decidir, o la propuesta de
Hace demasiados años que está
No hay comentarios:
Publicar un comentario