Antes de ayer en el Parlamento catalán hubo una foto que se ha de completar.
Joan Herrera, Artur Mas y Oriol Junqueras, pusieron la
imagen por tres grupos parlamentarios que apoyaron la Declaración de soberanía.
Con esta declaración del Parlamento catalán se abre el camino a la consulta
para decidir sobre Cataluña.
La declaración de soberanía tiene el valor primordial de
acordar un nuevo proceso político, la consulta o referéndum. Un acto político
de participación ciudadana donde sea la población -y mejor toda la que vive en
Cataluña, la que trabaja y el paro- quien decida, con ejercicio de su voluntad
soberana, sobre lo que ha de convertirse en Cataluña, y qué relaciones tiene
con los Estados y pueblos.
La legitimación de la consulta emana de las masivas
movilizaciones populares que quieren "somos una nación",
"decidir", "independencia", y ser un "nuevo Estado de
Europa", conceptos e institucionalización que forma parte del contenido a
decidir con el SI o el NO; todas las variantes pueden ser legítimas. Lo que no
lo es, aunque sea legal, es impedir esas decisiones democráticas en la
población de Cataluña, con decisiones "de obligada unión".
¿Cómo es que con fundamentos jurídicos y
filosófico-políticos se puede defender que el pueblo español decidió -por tanto
puede hacerlo- ser Estado conjunto, cabe decir también decidió ser Monarquía, y
no lo puede hacer el pueblo catalán? ¿Quizá porque no se acepta la existencia
del pueblo, de la nación, catalana? Si decidió Estado conjunto y Monarquía, ¿puede
decidir o no dejar de ser una o las dos cosas?
Y si la población catalana tiene el derecho a decidir, ¿cómo
es que no se acepta que pueda decidir por sí misma lo que ella quiera, sin
limitaciones ni prohibiciones sobre no romper el Estado o de no a la independencia?
En España necesitamos liberarnos, la gente trabajadora y la
población, de la Monarquía -es la forma de Estado actual y bien
constitucional-; Llevamos una lucha y se pretende una movilización
constituyente ciudadana por la República y contra la Monarquía; lo cual significa
una ruptura total con el Estado actual. Si en España se puede luchar y
movilizar contra el actual Estado monárquico y la Constitución monárquica, ¿cómo
es que no se puede hacer esto en Cataluña referente tanto a la misma Cataluña
como a España?
Tiene que ver con las diferentes perspectivas, intereses,
sentimientos e identidad, de la clase trabajadora, de las capas trabajadoras y
de pequeño y mediano propietarios, y de la gran propiedad y las finanzas, con
sus representaciones e imbricaciones con las instituciones estatales y
gubernamentales de poder económico y político.
Lo social y lo nacional son vectores muy diferentes que
forman parte de unos territorios, de unas relaciones económicas y sociales, una
historia, una cultura y una lengua, como componentes de un pueblo o nación.
A la gente trabajadora le interesa el progreso social, con
la máxima radicalidad democrática participativa, sea en una nación u en otra.
En Cataluña la movilización nacional está configurándose como el elemento de
ruptura con el sistema político institucional actual, es decir con el Estado de
la monarquía existente. Cuanto más popular, democrático y participativo sea el
proceso, cuanto más constituyente desde la base popular se convierta, más cerca
tendremos la posibilidad de inculcar las necesidades y perspectiva social
trabajadora.
Por eso en la foto le faltan otros participantes de la
izquierda, así como la explicitación crítica visual a los recortes y a la
perspectiva neoliberal de la derecha catalana de CiU, coaligada con el apoyo a
la sombra de ERC.
Falta EUiA (3 votos SI, dentro de la coalición ICV-EUiA), la
CUP (1 votó SI, 2 abstención), el PSC (pese a que 15 votaron NO, hubo 5 que no
votaron el NO). Esto en el aspecto parlamentario; por supuesto esto no estría
completo sin una representación de la movilización y acción social (Mareas,
Plataformas), sindical (CC, UGT y otros sindicatos que sostienen la consulta),
cívica (ANC, Entidades, etc.) que son al fin y el cabo el sujeto que hace
avanzar la legitimidad de la soberanía hacia una legalidad legítima acordada
libremente por la población. También hay varias otras organizaciones políticas
que no son parlamentarias pero deben tener el derecho a decir y participar.
Una Cataluña libre y social necesita un bloque o entesa de
izquierda catalana, de alianza entre autonomistas, federalistas e
independentistas.
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