29/1/13

El régimen está agotado


De la Carta de La Aurora. Quizás es elmomento de decir basta. Algo huele a podrido en el PP. Y en el partido de Durán Lleida. Huele fatal el ático del presidente de la Comunidad de Madrid. Y CiU que se financiaba a través del Palau de la Música. O el socialista alcalde de Sabadell. Rodrigo Rato que hunde Bankia y lo contrata Telefónica, empresa que él privatizo. El ex -presidente de la patronal está en prisión. No huele mejor la Monarquía. De hecho, todo huele a podrido.
No es un hecho más, es la acumulación que colma el vaso, el agotamiento de un régimen enfrentado a las necesidades de la mayoría de la población empobrecida por la crisis, a los conflictos nacionales y autonómicos y al hartazgo de que unos cuantos manejen los hilos de la economía y de la política para provecho propio. Porque la corrupción generalizada no es cosa de unos pocos desalmados sino una de las características de las clases dirigentes de este país, que consideran su derecho expoliar lo público, esquilmar el Estado, aprovecharse del país entero para su beneficio particular. Existe una estrecha relación entre ese afán de la clase dirigente y las políticas de austeridad, de privatización de hospitales o de ataques a la educación pública.
Esta democracia está completamente debilitada. Quien gobierna hace lo contrario de lo que prometió. La corrupción campa por sus anchas, pero nadie paga sus culpas.  Para regenerar la vida política y social no es suficiente poner algunos parches, prometer que habrá más controles o que se tomarán ciertas medidas que nunca llegan, o llegan demasiado tarde (16 años necesitó la justicia para cerrar el caso del partido de Durán Lleida). Ya no es creíble que los mismos partidos que amparan la corrupción cambien las reglas del juego. Hay que dar un vuelco. El olor de la corrupción hace insoportable la situación.
El actual régimen está agotado. Hay que buscar los medios y las vías para una regeneración real y efectiva de la vida política y social, de las libertades y los derechos de la mayoría. Y si eso significa cambiar el régimen político de la Monarquía, pues habrá que dedicarse a ello. Las alternativas no se improvisan, necesitan confluencias, unidad y amplias mayorías sociales, y tienen que estar presentes cuando el sentir mayoritario de la población exige romper con el pasado y abrir una perspectiva de cambio, contra la corrupción y la crisis social y política.  22 de enero de 2013.
Intervención en Mali. Otra vez tropas de un país imperialista intervienen en un país africano. Como siempre para salvar sus negocios. Francia controla el algodón, las comunicaciones, las grandes propiedades agrícolas, el uranio tan necesario para la industria nuclear… El gobierno corrupto de Mali, apoyado por París, está en quiebra política y social. De ese caldo de cultivo, más la crisis libia, obtiene apoyo el fundamentalismo islámico. Esa es la excusa. Rechazamos la intervención. Apoyamos a las fuerzas democráticas y progresistas que luchan por un Mali y un África libre de la presencia imperialista.

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