La consulta para decidir sobre Cataluña debe hacerse y ser vinculante. El ejercicio del derecho a decidir debe convertirse en la legitimidad política práctica de la soberanía catalana. La legalidad debe surgir como una proyección de la legitimidad de la soberanía de la población y la ciudadanía de Cataluña.
Todo lo que desvíe o aplace una consulta democrática para
definir el estatus político e institucional de Cataluña, no corresponde a las
dos grandes manifestaciones, casi plebiscitos, con peticiones muy claras que no
hay que traducir y menos tergiversar: "Somos una nación, nosotros
decidimos" (10 de julio de 2010), "Libertad, Independencia, Nuevo Estado
de Europa" (11 de septiembre de 2012). El primer paso político es hacer la
consulta para que la población decida lo que quiere.
En el acto de Avancem (del PSC) del miércoles 16, lo
concluyó Fabián Mohedano con una emotiva expresión de gran carga política:
"Por favor no derrochemos el sueño de una mayoría de catalanes".
Pongamos manos a la obra.
Casi a los nueve meses de la sexta asamblea nacional de EUiA
los conceptos nuevo espacio, ir hacia un tipo de Syriza catalana, alianza entre
autonomistas, federalistas e independentistas, los reconocemos cuando afluyen
desde otras organizaciones, aunque con otros nombres y, probablemente, con contenidos
que responden a bases y capas sociales diversas.
El tono dado en junio del año pasado necesita tomar cuerpo
en la orquesta. Un cuerpo con muchos instrumentos y tonos, pero al que hay que
acompasar con un mismo ritmo, partitura y también sentimiento.
Nos mojamos, como fustigó el representante de ERC en el acto
de Avancem, o seguimos con los tics de opacidad y el continuo aplazamiento de
la transparencia, ¿no fuera que nos tomaran las ideas, o nos las abortasen los
enemigos seculares?
Tenemos propuestas intercambiadas con la CUP, unas por parte
de EUiA y otras de la CUP. Estamos en conversación constante con ICV. Hemos
hecho entrevistas y cafés con Avancem del PSC, Anticapitalistas, Sindicatos
(CCOO, UGT, CGT), ANC, En Lucha, y otras Entidades.
El secreto está en hacer camino confluente desde la acción
política a pie de calle, empresa y escuela, hospital, desahucios y tantos
otros, de modo que condicione todo lo que se vaya también acordando y
configurando por arriba.
Las propuestas parlamentarias son muy importantes, como
promover una Comisión legislativa para la consulta y una Declaración de
soberanía que no nos ponga a remolque de los intereses de CiU y de los poderes
económicos catalanes. Para ello se necesita poder social y ciudadano. Y esto
sólo radica a fondo desde a pie de calle, con la movilización y la organización
que surja de la fuerza colectiva trabajadora y de la nación.
La consulta es una oportunidad de soberanía y de libertad
secular. Es algo del tipo de la consulta lo que puede abrir paso a procesos
constituyentes democráticos populares. Hacia una Cataluña libre y social,
republicana, liberada de la Monarquía.
Unos consideran que es posible hacerlo con las propias y
únicas fuerzas catalanas; otros pensamos que necesitamos el apoyo y la alianza
firme con la clase trabajadora del Estado, los otros pueblos y naciones. Pongámonos
en camino, sí, avancemos. Hagamos la consulta y hagámosla vinculante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario