Este gobierno es algo más que un cambio de personas ministeriales. Es un gobierno para neutralizar a los sindicatos, enmudecer la movilización y lucha trabajadora, y amordazar las demandas democráticas masivas sobre el derecho a decidir de los distintos pueblos y naciones en el Estado español.
El telón de fondo es el de una crisis económica que se profundiza y alarga en su resolución. Con una situación en que después de tres años la población trabajadora ha planteado con las propuestas y movilización sindicalista que hay otras políticas para hacer frente a la crisis, distintas a las recetadas por los Botín, BCE y FMI. Políticas en las que las grandes fortunas y empresas multinacionales y finanzas son las que han de pagar el coste de la anarquía de su libre mercado y crisis económica.
Muerto y enterrado el proyecto político que significaba Zapatero ZP, Rubalcaba tendrá que medirse con los sindicatos y la movilización trabajadora para levantar otro proyecto que no sea un epígono del felipismo. Zapatero puede tentar renacer cual ave fénix, pero sólo si Rubalcaba consigue una retirada trabajadora. Los aires franceses, con la movilización en ciernes portuguesa, permiten plantear que no habrá ni los enojosos cien días de pseudo tregua. Las elecciones catalanas va ser un nuevo y monumental revolcón para el blindaje Rubalcaba.
Zapatero queda removido a derecha. La huelga general y los diez millones de sindicalismo trabajador movilizado son unas razones convincentes para renovar y acrecentar su movilización con la que conseguir la demanda popular de rectificación en la Reforma laboral.
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