La supresión del Ministerio de Igualdad ha provocado un profundo malestar, hasta llegar a la rebelión en las nutridas filas de las mujeres feministas entre las socialistas.
No ha habido tregua para Rubalcaba por parte de las mujeres. La supresión del Ministerio de Igualdad, víctima del ahorro de costes del ajuste de austeridad ministerial, es algo más que simbólico. Como tampoco lo es la desaparición de la paridad en el nuevo gobierno en el que asciende Rubalcaba y las imposiciones neoliberales y contra la población trabajadora de Elena Salgado.
El traspaso del funeral del proyecto Zapatero a otro proyecto de reflote liderado por Rubalcaba-Salgado en clave de alianzas con el PCN y CiU, como opción para neutralizar al PP como alternativa de gobierno, choca contra la movilización sindicalista y su exigencia de rectificación de la reforma laboral. La mujeres feministas y socialistas han abierto un nuevo frente, su exigencia en mantener las políticas de igualdad sobre la mujer. La fractura feminista gravará sobre el rumbo gubernamental y del PSOE.
La imagen de la pancarta expresa el problema de fondo de un proceso perverso de devaluación de la financiación y de la aplicación en los medios para progresar en las políticas de la igualdad y también sobre la violencia de género. A la reacción de la jerarquía eclesiástica sobre el derecho de aborto, se juntan el conservadurismo machista en las alegaciones y sentencias de jueces y tribunales que confluyen en limitar los derechos de la mujer y en victimizarla. Los medios e instituciones, entidades de servicio y profesionales dedicadas a las políticas de igualdad y al seguimiento de mujeres sufren un recorte brutal que volatiliza el espíritu y la letra de la Ley contra la violencia de género, y provoca un retroceso manifiesto en las labores de igualdad emprendidas.
Surgen iniciativas como en la red social, como intentos de agruparse ante el ataque en toda regla contra los incipientes medios desplegados.
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