Cuando la izquierda en el gobierno pacta sus políticas estructurales con la derecha, pactos nacionales o de país, beneficia a ésta, y perjudica a la mayoría trabajadora. La gente trabajadora se retrae. La gente trabajadora y juventud más consciente se confunde, se desanima, y desconfiada, frustrada, se aparta de cierta izquierda inconsecuente. Se neutraliza. Se encierra en su problema individual, en su casa y Tele. La vanguardia de cada movimiento se divide en la búsqueda de salidas a esta adaptación de la izquierda a la derecha, o a la inmovilidad, o incluso a la dificultad de movilizar. La derecha coge oxígeno desde su pedestal de ser los poderes económicos y la inmensa mayoría de los institucionales del aparato del Estado. Las alternativas transformadoras se estancan o retroceden si no se diferencian y movilizan de forma muy clara a favor de las necesidades trabajadoras y en contra de estas políticas que en realidad proceden de la derecha o están determinadas
Después de las políticas de derechas realizadas directamente
La crisis es de derechas. Por el momento las medidas para la crisis están hegemonizadas
Coherencia con la propuesta de soluciones de izquierdas. Empecemos a dar ejemplo desde la dirección, desde donde estemos en gobiernos, en Parlamentos o Consistorios, para llegar hasta la sección sindical, la empresa, el barrio, la Universidad y Escuela.
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