Ilustración de tomalahuelga. |
La Convención programática de la coalición ICV-EUiA ha sido
de calidad, centrada en el fondo social y nacional que es la clave de las
elecciones catalanas del 25 N.
EUiA iba con cierta ventaja. Disponía de una orientación
clara establecida en la 6ª Asamblea Nacional de junio en Sabadell. ICV va a
remolque en el sentido de que se tienen que adecuar a los importantes cambios
políticos.
Ahora bien, ICV se ha puesto completamente a la altura de la
situación, cuando menos en el contenido de las propuestas y la orientación
política.
Una muestra es el contenido de fondo de la propia
Convención. El debate fue profundo e intenso, a pesar de ser breve, sin
diferencias nítidas entre la gente de EUiA y la de ICV.
El cambio más notorio ha estado en la perspectiva estatal y
nacional. También es donde más se navega a la hora de adecuarse a lo que quiere
en la actualidad la población. Se puede empezar por el debate sobre los
liderazgos en España y en Cataluña, o sobre si la manifestación del 11 de
septiembre era de CiU o del pueblo; también si fue por el derecho a la
autodeterminación en general (esto era el estadio de la manifestación del 10 de
julio de 2010), o por los lemas explícitos de "Libertad, Independencia,
Nuevo Estado de Europa".
La Convención ha expresado unas propuestas nítidas. Ha
entendido el mensaje popular. No ha querido quedarse en el semi autismo
político.
Hay un vuelco básico popular hacia el ejercicio de la
soberanía. Hace falta que la ciudadanía pueda decidir en libertad, y sin las
limitaciones de una legalidad negadora. Las Autonomías se han agotado y
quebrado. No se quiere la re-centralización española monárquica. Hace falta un
nuevo doble pacto de soberanía en Cataluña y en España, con dos procesos constituyentes.
La coalición ICV-EUiA es un espacio de encuentro entre federalistas e
independentistas. La independencia no es un mal bíblico, es un acto de
soberanía que el pueblo tiene que poder decidir o rechazar. La consulta tiene
que ser vinculante y, para la coalición, incorporar las diferentes opciones
posibles. La consulta es la tarea y tiene que ser de libre determinación. La
construcción de un Estado en Cataluña lo tiene que decidir la población de
Cataluña en vez del gobierno español o la población española, en cambio las dos
poblaciones tienen que establecer qué relaciones quieren entre ellas y los Estados.
La importancia de la lengua catalana, también la de los derechos de las
minorías y de todo el mundo que se sienta de pertenencia española.
El federalismo no es anti-independencia. El federalismo es
una opción política para las relaciones entre pueblos y Estados desde cada
soberanía acordada libremente.
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