9/9/14

Crisis del estado monárquico de las Autonomías · 3

3 · Un 11 de septiembre crucial para Cataluña y España
El Estado surgido de la segunda restauración borbónica está en una crisis profunda, que abre boquetes por todas bandas. El gobierno del PP se parapeta en una mayoría absoluta parlamentaria que sabe que tiene fecha de caducidad.
La erosión del sistema bipartidista, la contraproducente política económica y social -ineficaz respecto a la crisis económica y terriblemente injusta para la mayoría de la población-, el desprestigio de la Corona -mal resuelto con una abdicación exprés y un heredero sin respaldo popular-, la recentralización y la crisis fiscal de las autonomías, preceden el envite mayor de la consulta catalana.
Quizás explotar el efecto catalán acalle por un tiempo las necesidades populares y trabajadoras españolas. Quizás se logre un cierre de filas ante la amenaza de que se rompe España, concebida como un sólo país y nación, y permita esconder -como pasa con la corrupción- que este Reino de España y esta Constitución afectan ya de manera muy negativa a toda la población, la española y la catalana.
Las reivindicaciones de los sindicatos y de las de la Marea de la dignidad ("Pan, Trabajo, Techo") requieren unas libertades democráticas, unas representaciones políticas, y unas instituciones con contenidos sociales, por lo tanto de izquierdas, que les llevarán a buscar alianzas sociales y entre los pueblos para liberarse juntos y todos de este Estado.
Cataluña es por ahora el eslabón débil del gobierno del Reino de España.
El enfoque de Cospedal o Montoro, refiriendo a la violencia que implicaría una ruptura  de la unidad de la nación española suenan a lenguaje cuartelero o tabernario, pero no democrático. ¿La consulta y votar serían un acto violento? ¿O lo sería un doble Sí/Sí al Estado catalán y a la independencia? La secretaria general del PP y presidenta autonómica de Castilla-La Mancha se lució en Badalona con su propuesta de una gran coalición contra el soberanismo catalán que incluiría al PP, PSC, UDC, C's y UPyD. Pero los previstos interlocutores desdeñaron esta posibilidad que les ponía la soga al cuello.
Pedro Sánchez, nuevo secretario general del PSOE, ha presentado al presidente Artur Mas en Barcelona la propuesta de su antecesor Alfredo Rubalcaba de un Estado federal, sin mencionar  si implica mantener la Monarquía o avanzar hacia una República. Hemos de hacer el ejercicio de suponer que previamente tendría que ganar las elecciones con una mayoría suficiente cualificada para abordar los cambios que ofrece. Tras la reforma constitucional, una consulta legal, de la que seguiría excluida de antemano toda posibilidad sobre la constitución de un estado catalán o su separación. Mientras tanto, Cataluña tiene que suspender su consulta y abandonar delirios de libertad e independencia.
No es de extrañar que, ante estas andanadas, las perspectivas unionistas, directamente centralistas e involucionistas del PP, con amenazas incluso de suspender la Autonomía, o las federalistas del PSOE, no conciten fervor, no contribuyan a resolver la crisis estatal, y tampoco consigan frenar el descalabro de sus partidos en Cataluña.
El movimiento revolucionario municipalista en 1931 abrió las puertas a la Segunda República española, poniendo fín a la primera restauración borbónica. Por eso vuelven a ser de actualidad las concepciones y propuestas por las que lucharon Joaquín Maurín y Andreu Nin. Su puesta al día abre perspectivas para una república catalana y una confederación de repúblicas ibéricas.
Un 11 de septiembre crucial para Cataluña y el Reino deEspaña
Consultar y votar es una cuestión de democracia
 
Crisis del estado monárquico de las Autonomías
Pujol hunde política y moralmente al pujolismo y al autonomismo
Ruptura democrática o involución unionista centralista
El Sí/Sí es la base del impulso a la consulta

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