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| En el Colegio Príncipes de Asturias, Quijorna. |
Los de abajo tienen que luchar para defenderse, para proteger sus derechos o
impedir que se les arrebaten, y entonces los capitalistas empiezan a ponerse nerviosos
y buscan medios para desviar la atención de las masas trabajadoras desesperadas
por el paro o la miseria.
Uno de ellos es desviar la atención hacia la gente emigrada, haciéndoles
culpables de la crisis, acusándoles de la inseguridad, de la situación de los
barrios o incluso de la mala calidad de la enseñanza o de los abusos en la
sanidad… creando así un ambiente de enfrentamiento entre la gente trabajadora,
racismo y xenofobia frente a los inmigrantes.
Este es el caldo de cultivo del que se aprovechan formaciones políticas de
extrema derecha. Y la situación no deja de ser preocupante. Hay encuestas que reflejan que el Frente Nacional de Francia
sería el primer partido del país. Amanecer Dorado en Grecia basa sus propuestas
frente a la crisis en “primero los griegos”, lema que la extrema derecha
propaga por toda Europa.
En otros países las propuestas de la extrema derecha están determinando
posiciones de partidos clásicos de la derecha, temerosos de su pérdida de
influencia electoral, e incluso de los socialistas. Recientemente, hasta un mal
llamado socialista francés, ministro del Interior, Manuel Valls, ha sido capaz
de decir que los rumanos gitanos debían ser expulsados del país, incluso aunque
no hubieran cometido ningún delito.
En el Estado español la extrema derecha ha estado durante mucho tiempo
agazapada en el Partido Popular, que ya se ocupaba de extender las políticas
xenófobas y de defender la “sacrosanta unidad de España”. Pero la potente
movilización que en Catalunya exige el derecho a decidir y que está abriendo la
posibilidad de una ruptura con el régimen monárquico ha puesto nervioso al
Partido Popular y a los poderes del Estado.
Y estos, que no otros, han empezado a dar margen a las bandas de la
ultraderecha. No es solo una cuestión de Catalunya, afecta a todos los
demócratas y a toda la izquierda. Al atropello fascista en la Librería Blanquerna de Madrid el
pasado 11 de septiembre hay que sumar no pocos incidentes y ataques a locales de Izquierda Unida, o la feria franquista en el municipio de Quijorna de Madrid,
celebrada con el apoyo expreso de la alcaldesa del PP.
El 12 de Octubre quisieron en Barcelona hacer una
demostración. Fue un fracaso. Lo fue la concentración convocada por el
PP y Ciutadans, un porcentaje ínfimo comparado con los que se manifestaron en
la Vía Catalana el pasado 11 de septiembre.
Más fracaso fue la concentración fascista que apenas llegó a reunir unas 300
personas. Pero nunca en España los fascistas lograron una movilización de
masas, sólo el soporte de los aparatos del Estado les ha permitido disponer de
los medios humanos y financieros para cometer sus actos de barbarie.
Esto es lo que nos debe alertar ante la polarización de la lucha de clases y
del enfrentamiento político. Para responder a esas amenazas el medio es la movilización amplia, unitaria y firme.
La defensa y el ejercicio pleno de las libertades, incluyendo el derecho a
decidir, es la mejor manera de enfrentarse a la derecha y a la ultraderecha, de
generar lazos de solidaridad entre los trabajadores y el pueblo para
enfrentarse a la crisis capitalista y levantar una alternativa política
favorable al pueblo trabajador. De la Carta La Aurora.


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