“¡Esto no lo aguanta ni Dios¡” le espetó Xosé Manuel Beiras al presidente Núñez Feijóo, mientras le acusaba de inmoralidad y corrupción e inmortalizaba la imagen de indignación ciudadana en un puñetazo al escaño presidencial.
La ira del veterano galleguista Beiras enlazó con el
sentimiento quincemayista de la juventud y la ciudadanía gallega, además por extensión
en la España entera.
Un diputado que se hace entender. Beiras simboliza la
necesidad de ruptura con un poder político que destruye las condiciones de vida
de la población.
Anova Irmandade ha surgido de un amplio trayecto político y
en la base territorial, con unos caladeros importantes entre la juventud
gallega, extiende sus jóvenes raíces en segmentos del sindicalismo galego y
confederal. Anova se gestó en la Ronda de rebeldía que surcó los pueblos.
La originalidad de Anova reside en combinar el sentimiento
de rechazo de la sociedad civil respecto a unos gobiernos, instituciones y sistema
político con la denuncia viva y el aura de credibilidad política en sus
propuestas alternativas incluso en el seno de la formalidad y aridez
parlamentaria.
La constitución de AGE -Alternativa Galega de esquerda-
entre Anova Irmandade y Esquerda Unida (Federación gallega de IU), con Espazo Ecosocialista
Galego y Equo Galicia, muestra una alianza entre soberanistas independentistas
y federalistas que genera confianza política y representa capacidad de futuro y
de forjar alternativa.
Beiras ha conseguido credibilidad. La alianza entre XM
Beiras y Yolanda Díaz es un ejemplo para el conjunto de la izquierda en el
Estado español.
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