Las asambleas barriales con gente indignada procedente del
15 M y Democracia real ya propugnaban una huelga general ciudadana política.
Ahora bien, cuando se convoca una huelga general posible por el sindicalismo de
CCOO y UGT, en contra de la reforma laboral gubernamental del PP con el apoyo
de CiU, todo son prevenciones con el aliño de ataques contra los sindicatos
mayoritarios tildados de amarillos, por colaboracionistas con la patronal y
dependientes del gobierno.
Una baño de realidad ha impuesto que al final todo el mundo
secundara la huelga "de los amarillos y traidores", aunque en las
manifestaciones, y en piquetes, se pretendan convocatorias separadas.
El acierto de participar y promover la huelga sindicalista
es aquí más importante que desvariar denostándola, dividiendo una parte de la
juventud del movimiento trabajador sindicalista, y atacando a los factores
referenciales que realizan la convocatoria y organizan la movilización de la
huelga desde de las empresas.
Un día de huelga general es una buena manera de empezar a
hacer frente a la política nefasta de la contrarreforma laboral del PP y CiU,
que nos retrotrae a unas relaciones
laborales del tiempo del franquismo. El siguiente paso es una buena
movilización sindical y ciudadana, el éxito del paro, y tejer la referencia
unitaria que dé confianza y haga posible defender las reivindicaciones
trabajadoras frente a la crisis.
La unidad es un ingrediente primordial. La división con el
ataque a la huelga y a quien la convoca es hoy en día el peligro real de amarillismo.
La democratización política, la lucha radical contra los privilegios de los
poderosos y de sus sirvientes, la revolución por parte de la juventud será de vuelo
raso, miope y estéril, si se dirige contra los sindicatos, o se pretende
separar de la movilización masiva trabajadora. Quien en vez de centrarse en
combatir el poder económico y político pone más énfasis en criticar y denunciar
a la gente y la masa trabajadora se desliza por una pendiente muy reaccionaria.
La séptima convocatoria de huelga general coge a contrapié también a tendencias consejeras que predican las virtudes del sindicalismo minoritario, como si fuera una alternativa o el verdadero y genuino de clase, a pesar de la realidad tozuda y viva de quien hasta ahora marca la movilización es el sindicalismo mayoritario y de clase.
La séptima convocatoria de huelga general coge a contrapié también a tendencias consejeras que predican las virtudes del sindicalismo minoritario, como si fuera una alternativa o el verdadero y genuino de clase, a pesar de la realidad tozuda y viva de quien hasta ahora marca la movilización es el sindicalismo mayoritario y de clase.
La sana crítica es diferente de la prevención política y de
los razonamientos desenfocados que más abonan los prejuicios sobre la huelga
que animan a implicarse, o dan pie a posiciones eclécticas cuando se trata de
hacer una firme piña unitaria movilizadora.
El anticapitalismo de Revolta Global-Izquierda
Anticapitalista que promueve la Huelga general 29 M, pone el énfasis en los
conceptos de carácter paralizador que introducen desconfianza y debilitan la
convicción por las razones de la movilización: "Que no se malgaste esta
vez nuestro esfuerzo!" , "La VG es fundamental para poner en jaque la
involución conservadora del sindicalismo mayoritario, cuestionar sus pasivas y
desorientadas direcciones y empujar a sus estructuras a ponerse al servicio del
movimiento obrero, acabando así con un sindicalismo que sólo persigue salvar el
su aparato."
¡Bravo! Se desvaría hasta confrontar y oponer organismos de
ciudadanía al sindicalismo trabajador realmente existente, equiparándolo y
llamando a combatirlo como al gobierno y la patronal: "Debe ser un buen
momento para constituir y asentar comités de apoyo, asambleas y grupos que se
organicen en los barrios para preparar las barricadas de la lucha: en la calle,
contra el gobierno y la patronal y en los sindicatos, para desalojar a las
direcciones no consecuentes con esta línea de combate."
Estos consejeros por encima del bien y el mal del
sindicalismo trabajador alertan "Para que esta VG no sea la mera antesala
de cualquier fantasmagórica negociación" con el espejismo de que unas
pocas frases retóricas resuelvan la punzante necesidad del plan de movilización
y de una dirección reconocida y de confianza para desarrollarla. ¿Hay que
agradecer estos consejos de gente frustrada y rencor mal ubicado?
La lucha firme trabajadora necesita una alternativa
sindicalista, política, ciudadana y joven, unitaria, que supere y reconduzca
las tendencias de amarillismo de grupos que se proclaman antisistema y
combativos. Ahora es tiempo de movilización y de huelga general.
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