24/3/12

¿Sindicalismo amarillo?

Las asambleas barriales con gente indignada procedente del 15 M y Democracia real ya propugnaban una huelga general ciudadana política. Ahora bien, cuando se convoca una huelga general posible por el sindicalismo de CCOO y UGT, en contra de la reforma laboral gubernamental del PP con el apoyo de CiU, todo son prevenciones con el aliño de ataques contra los sindicatos mayoritarios tildados de amarillos, por colaboracionistas con la patronal y dependientes del gobierno.
Una baño de realidad ha impuesto que al final todo el mundo secundara la huelga "de los amarillos y traidores", aunque en las manifestaciones, y en piquetes, se pretendan convocatorias separadas.
El acierto de participar y promover la huelga sindicalista es aquí más importante que desvariar denostándola, dividiendo una parte de la juventud del movimiento trabajador sindicalista, y atacando a los factores referenciales que realizan la convocatoria y organizan la movilización de la huelga desde de las empresas.
Un día de huelga general es una buena manera de empezar a hacer frente a la política nefasta de la contrarreforma laboral del PP y CiU, que nos retrotrae  a unas relaciones laborales del tiempo del franquismo. El siguiente paso es una buena movilización sindical y ciudadana, el éxito del paro, y tejer la referencia unitaria que dé confianza y haga posible defender las reivindicaciones trabajadoras frente a la crisis.
La unidad es un ingrediente primordial. La división con el ataque a la huelga y a quien la convoca es hoy en día el peligro real de amarillismo. La democratización política, la lucha radical contra los privilegios de los poderosos y de sus sirvientes, la revolución por parte de la juventud será de vuelo raso, miope y estéril, si se dirige contra los sindicatos, o se pretende separar de la movilización masiva trabajadora. Quien en vez de centrarse en combatir el poder económico y político pone más énfasis en criticar y denunciar a la gente y la masa trabajadora se desliza por una pendiente muy reaccionaria.
La séptima convocatoria de huelga general coge a contrapié también a tendencias consejeras que predican las virtudes del sindicalismo minoritario, como si fuera una alternativa o el verdadero y genuino de clase, a pesar de la realidad tozuda y viva de quien hasta ahora marca la movilización es el sindicalismo mayoritario y de clase.
La sana crítica es diferente de la prevención política y de los razonamientos desenfocados que más abonan los prejuicios sobre la huelga que animan a implicarse, o dan pie a posiciones eclécticas cuando se trata de hacer una firme piña unitaria movilizadora.
El anticapitalismo de Revolta Global-Izquierda Anticapitalista que promueve la Huelga general 29 M, pone el énfasis en los conceptos de carácter paralizador que introducen desconfianza y debilitan la convicción por las razones de la movilización: "Que no se malgaste esta vez nuestro esfuerzo!" , "La VG es fundamental para poner en jaque la involución conservadora del sindicalismo mayoritario, cuestionar sus pasivas y desorientadas direcciones y empujar a sus estructuras a ponerse al servicio del movimiento obrero, acabando así con un sindicalismo que sólo persigue salvar el su aparato."
¡Bravo! Se desvaría hasta confrontar y oponer organismos de ciudadanía al sindicalismo trabajador realmente existente, equiparándolo y llamando a combatirlo como al gobierno y la patronal: "Debe ser un buen momento para constituir y asentar comités de apoyo, asambleas y grupos que se organicen en los barrios para preparar las barricadas de la lucha: en la calle, contra el gobierno y la patronal y en los sindicatos, para desalojar a las direcciones no consecuentes con esta línea de combate."
Estos consejeros por encima del bien y el mal del sindicalismo trabajador alertan "Para que esta VG no sea la mera antesala de cualquier fantasmagórica negociación" con el espejismo de que unas pocas frases retóricas resuelvan la punzante necesidad del plan de movilización y de una dirección reconocida y de confianza para desarrollarla. ¿Hay que agradecer estos consejos de gente frustrada y rencor mal ubicado?
La lucha firme trabajadora necesita una alternativa sindicalista, política, ciudadana y joven, unitaria, que supere y reconduzca las tendencias de amarillismo de grupos que se proclaman antisistema y combativos. Ahora es tiempo de movilización y de huelga general.

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