Lejos queda el cálculo de Malthus de que la Tierra tendría
el colapso con los mil quinientos millones de habitantes de hace ciento
cincuenta años. En 1999 se llegó a los 6.000 millones, y después el ritmo ha
sido a casi cien millones de personas anuales. El horizonte actual según las
predicciones demográficas se sitúa en unas mil millones de personas nuevas en
torno a los diez años.
Estas cifras de grandes magnitudes muestran las tremendas
contradicciones en que se mueve la inmensa capacidad creativa del sistema
burgués, al convivir con una terrible capacidad destructiva de la naturaleza,
de la que formamos parte y en la que nos movemos.
Estos siete mil millones también muestran el fracaso
absoluto de las predicciones apocalípticas sobre las capacidades y
sostenibilidad de la población. Ahora
bien, el enfoque ha de girar a que es el propio sistema de mercado y de
propiedad privada existente el que no es sostenible. Necesitamos cambiarlo por
un sistema económico y social colectivo y solidario entre las personas y con la
naturaleza.
El enfoque colectivo social puede contemplar que una manera
de resolver el crecimiento humano es con la educación, la cultura y una calidad
de vida mínima; otra que se va viendo es con la igualdad de la mujer, con su
incorporación plena e igualitaria en el trabajo y en las responsabilidades
sociales y políticas.
Las alarmas y medidas que van a atacar a la población con el
argumento de que el planeta no da para más, hay que volverlos a situar en la
denuncia del sistema social de clases basado en el interés privado del capital,
por delante de los consumos privados individuales. La abundancia y el
despilfarro están muy mal distribuidos y tratados. El problema de fondo reside
en la contradicción entre una abundancia en poquísimas manos y bolsillos, confrontada
a una inmensidad de bocas para alimentar, que no disponen de donde acogerse,
educarse y trabajar. La solución está en la colectividad en vez de la anticoncepción
y una ineficaz restricción individual. La población necesita planificar en
función del equilibrio con la naturaleza. Este relación no puede ser fija, sino
dinámica según las capacidades productivas y las concepciones sociales de ser
parte viva de una naturaleza viva.
El estudio "Estado de la población mundial 2011",
de la UNFPA (NNUU), es una documentación y un valioso material de trabajo que
recomiendo tener a mano, aunque mejor si substituimos la interrogación personal
por la colectiva social.
Una muestra, el informe mencionado plantea: "¿Cómo
hemos llegado a cantidades tan grandes? ¿Cuánta gente puede sostener nuestra
Tierra? Esas son preguntas importantes, pero... (quizás conviene) En lugar de
preguntar: “¿Somos demasiado numerosos?” deberíamos preguntar en cambio: “¿Qué
puedo hacer yo para que nuestro mundo sea mejor?” o “¿Qué podemos hacer para
que nuestras populosas ciudades pasen a propiciar la sostenibilidad?”". Y
en parte a modo de contestación, encontramos " La reducción de la pobreza
y la desigualdad posibilitan que el crecimiento de la población sea más lento. Al
liberar el poder de las mujeres y las niñas se puede acelerar el progreso en
todos los aspectos. Los jóvenes, plenos de energía y receptivos a las nuevas
tecnologías, pueden transformar la política y la cultura en todo el mundo.
Al asegurar que cada niño sea deseado y cada parto se
realice en condiciones de seguridad, se pueden lograr familias más pequeñas y
más fuertes. Cada uno de nosotros depende de un planeta saludable; en consecuencia,
todos debemos contribuir a proteger el medio ambiente. Al promover la salud y
la productividad de las personas de edad en todo el mundo, es posible mitigar
las dificultades del envejecimiento de las sociedades. Los próximos dos mil
millones de personas que se agregarán a la población mundial vivirán en
ciudades; en consecuencia, es necesario planificar para ellos desde ahora".
Y están documentados datos del tipo "En 1960, el 20% de
los más ricos acaparaban el 70% de los ingresos. En 2005, el porcentaje ya había
subido al 77%".
Muy triste que tan pocos se acaparen lo que les pertenece a tantos...
ResponderEliminarLos "tantos" no se amilanan y hacen camino inexorable para la mejora social colectiva. Bss Laura.
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