
Las ondas expansivas agitan e inciden en la campaña electoral. Los aspectos de las alternativas sociales, fiscales, de derechos y servicios públicos, y de retos democráticos, son los que preocupan a la ciudadanía, por lo tanto a la gente trabajadora.
La coalición ICV-EUiA va fuerte en este sentido. Las mismas caras de la candidatura simbolizan un buen referente de lo que necesita la sociedad. Social, sindical y laboral, derechos mujeres y de la gente joven, derechos democráticos como el de decidir.
Las aguas encrespadas y los vendavales europeos barren entre nosotros. Es una campaña electoral llena de movilizaciones. El sábado la caravana del Vallès contra los recortes a los Hospitales con la Mutua de Terrassa como una de las líderes. La convocatoria de la huelga de los médicos. Las movilizaciones previstas por el 15 M. Todo esto es inmensamente positivo, aunque en un primer momento no llegue a romper la marea azul reaccionaría e involucionista del PP y de CiU. Pero da consistencia a la semilla de construir alternativas desde las izquierdas. Esta es nuestra gran tarea y el reto político.
Por eso es de suma importancia introducir la campaña en las movilizaciones y en todos los rincones de la gente trabajadora. El post 20 N se está labrando con estas movilizaciones y con nuestra campaña. Las divisiones de quien no ha querido la unidad para mantener voces de propaganda sin consecuencia política, como la izquierda anticapitalista, no llevan a ningún camino provechoso. Las ilusiones en el otro propagandismo de la abstención activa, como las de la CUP, caen en saco roto, pues estropean un potencial que aísla a la juventud de la lucha política. Los debates en las plazas del 15 M sobre el tipo de voto o no, son un paso adelante, pero limitan las posibilidades de construir alternativas y representación. La pasividad o la neutralidad ante la campaña es otro error grave que puede llevar directamente a la desorientación y desmoralización.
Caen gobiernos y seguirán cayendo. Aprovechemos la movilización de campaña para defender que hay otras alternativas a la crisis, mientras construimos referencia y representación política para la gente trabajadora y para la gente joven que lanza el clamor del "no nos representan, no".
Il·lustación de Arnal Ballester para "No tinc paraules".
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