La justicia de la Audiencia Nacional es una provocación a la evolución que ha esperanzado a la población vasca. El fenómeno de masas de la coalición Bildu desmiente la condena judicial. Arnaldo Otegi, Sonia Jacinto, Miren Zabaleta y Arkaitz Rodríguez han cumplido 700 días de cárcel desde que el 13 de octubre de 2009 fueran detenidos por la Policía española, en la sede del sindicato LAB en Donostia. Junto a ellos también detuvieron a Rafa Díez Usabiaga, Rufi Etxeberria. En otros lugares ran arrestados Mañel Serra, Miren Zabaleta, Amaia Esnal y Txelui Moreno. Otegi, Díez, Rodríguez, Jacinto y Zabaleta ingresaron en prisión, de donde el ex secretario general de LAB salió en libertad en abril de 2010, y ayer lo volvieron a ingresar en la cárcel.
Otegi ha señalado que van a seguir con las vías democráticas a pesar de todos los contratiempos: "que nadie abandone este camino, porque vamos a ganar".
Hace dos días en Guipúzcoa un dirigente de Bildu me decía que iban a volver a Madrid, que a mucha gente incluso le gustaba, pero que estaba muy presente en su mente que allí tenían más disgustos que alegrías.
En Barcelona, en la Diada del Once de septiembre, era Txelui Moreno quien me afirmaba que nada les iba a hacer descarrilar de la estrategia debatida y decidida por las bases de la izquierda abertzale. No hay vuelta atrás a pesar de las provocaciones y las barbaridades como la condena a Otegi y compañeros/as del caso Bateragune.
En la Audiencia Nacional y en el gobierno español, parece que ponen obstáculos y boicoteen a las personas que están impulsando esta nueva vía vasca autodeterminacionista sin violencia.
Sortu tiene que ser legalizado. Y los presos vascos respetados con sus derechos, por lo tanto hay que acercarlos a Euskadi, liberar a enfermos y los que han cumplido los plazos reglamentarios de sus condenas. La gran manifestación del sábado en San Sebastián es un mensaje nítido de la demanda ciudadana.
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