Y con el mazo dando

Sobran razones y ahora se necesita fuerza trabajadora sindical para convertirlas en realidades palpables.

La movilización de la Huelga General se ha de transformar en un ariete homogéneo y combativo que agriete el alineamiento del gobierno con las razones especulativas de las grandes finanzas y multinacionales europeas, de Wall Street y el FMI, y obligue al gobierno a rectificar en la reforma laboral.

Hay razones. Sobran razones y son buenas razones para movilizar por la Huelga General. Ahora es el momento de batir el cobre. La buena difusión y el acierto de este lema "Sobran razones" necesita tomar cuerpo, consolidarse con una gran demostración de fuerza combativa el Día D sindicalista. Mañana miércoles 29.

O se para, se hace la huelga, no se trabaja, o las buenas razones quedarían en el aire, pisoteadas por la mentira en los medios de comunicación, por la zafiedad patronal y la sumisión gubernamental.

Es hora de parar, participar en los piquetes y convertir las manifestaciones en masivos plebiscitos trabajadores y populares que pongan en la picota esta reforma laboral.

Esta huelga general es una primera respuesta de envergadura para hacer frente a la crisis con el punto de vista, las necesidades y las propuestas de la clase trabajadora.

No hay margen de maniobra económico y financiero imponen en Wall Street a un atemorizado Zapatero entre las cuerdas de los especuladores mundiales. El Estado y la economía española se hundirá, repiten el coro mediático y la derecha burguesa. No hay otro remedio que cumplir con los mercados para no quebrar y la situación sea aún pero, asisten los gestores gubernamentales. Amenazas apocalípticas, patrañas y demagogia de especuladores profesionales de la clase burguesa. Será que no hay margen para seguir con su ruinoso mercado libre privado, ni para seguir enriqueciéndose a espuertas a costa de la miseria de millones de gente en el paro y de bajar los sueldos y el nivel de vida y social de la gente productiva trabajadora.

Se pueden hacer otras políticas. Unas políticas como se plantean desde los sindicatos que favorezcan a la mayoría de la población, por lo tanto de la sociedad.