La cifra 5,3 son cinco millones trescientas mil personas sin trabajo, en el paro. Hombres, mujeres y la mitad de la gente joven. Una tasa de paro casi del 23 %. Este dato escalofriante es de la EPA (Encuesta de la población activa). 2,7 millones de puestos de trabajo destruidos por la crisis en los últimos tres años.
El FMI ha anunciado que España ha vuelto a entrar en recesión, después de medio año decreciendo, con unas previsiones de retroceso del 1,5 % del PIB, lo cual provocará otro medio millón de personas en el paro. Las previsiones nos conducen a una economía muy enferma con casi seis millones de personas sin puesto de trabajo disponible. Casi una cuarta parte de la población activa inutilizada.
Mientras, a las otras tres cuartas partes se les disminuye el salario y obliga a trabajar más horas. La rebaja salarial es por tres conceptos: a) disminución directa del sueldo o congelación salarial, con mayores impuestos y cesta de la compra básica más cara; b) disponer de menos servicios públicos, tenerlos que adquirir como privados o no poderlos utilizar, c) repartir el sueldo con la gente familiar que no consigue trabajar.
La austeridad de los recortes y las privatizaciones se ha impuesto en la realidad y en la mentalidad de la mayoría de la población. De aquí vienen los votos al PP y a CiU, con la mayoría absoluta del PP en el Estado, además con los sindicatos bajando la cerviz ante las imposiciones de la patronal y el gobierno.
Las medidas de economistas y políticos de las patronales no sirven para resolver esta crisis, ni para acercarse a ver la luz al final del túnel. El economista Barry Eichengreen (USA) se manifiesta totalmente crisis-escéptico. Eichengreen habla del mito de la austeridad y crecimiento, cuando con la austeridad se provocan recortes que conducen a la recesión, con lo cual los déficits públicos se disparan, la deuda se debilita y su coste acrecienta.
Los economistas más lúcidos no ven una solución. El mercado es la anarquía de la libre competencia privada.
La clase trabajadora necesita superar la conciencia de crisis que destila la idea de que sólo hay un camino que es el del poder económico y político burgués, para pasar a defender las necesidades populares contra la crisis, frente las medidas de austeridad y recortes, con la unidad y la movilización.
El FMI ha anunciado que España ha vuelto a entrar en recesión, después de medio año decreciendo, con unas previsiones de retroceso del 1,5 % del PIB, lo cual provocará otro medio millón de personas en el paro. Las previsiones nos conducen a una economía muy enferma con casi seis millones de personas sin puesto de trabajo disponible. Casi una cuarta parte de la población activa inutilizada.
Mientras, a las otras tres cuartas partes se les disminuye el salario y obliga a trabajar más horas. La rebaja salarial es por tres conceptos: a) disminución directa del sueldo o congelación salarial, con mayores impuestos y cesta de la compra básica más cara; b) disponer de menos servicios públicos, tenerlos que adquirir como privados o no poderlos utilizar, c) repartir el sueldo con la gente familiar que no consigue trabajar.
La austeridad de los recortes y las privatizaciones se ha impuesto en la realidad y en la mentalidad de la mayoría de la población. De aquí vienen los votos al PP y a CiU, con la mayoría absoluta del PP en el Estado, además con los sindicatos bajando la cerviz ante las imposiciones de la patronal y el gobierno.
Las medidas de economistas y políticos de las patronales no sirven para resolver esta crisis, ni para acercarse a ver la luz al final del túnel. El economista Barry Eichengreen (USA) se manifiesta totalmente crisis-escéptico. Eichengreen habla del mito de la austeridad y crecimiento, cuando con la austeridad se provocan recortes que conducen a la recesión, con lo cual los déficits públicos se disparan, la deuda se debilita y su coste acrecienta.
Los economistas más lúcidos no ven una solución. El mercado es la anarquía de la libre competencia privada.
La clase trabajadora necesita superar la conciencia de crisis que destila la idea de que sólo hay un camino que es el del poder económico y político burgués, para pasar a defender las necesidades populares contra la crisis, frente las medidas de austeridad y recortes, con la unidad y la movilización.
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