El capital financiero fue el detonante de la crisis. La avaricia de la sanguijuela parásita financiera ha drenado de tal manera la economía modesta y la mundial que está provocando una destrucción masiva de puestos de trabajo, servicios y derechos públicos, e involución democrática, con un retroceso generalizado en las condiciones de vida de miles de millones de personas.
Con la crisis se opera una confrontación y una reestructuración dentro de las clases propietarias poderosas. Las medidas para salir de la crisis las dicta el mismo capital financiero que la ha provocado. Estas medidas no sirven para salir de esta crisis. Pero un sector, aunque pequeño, de las finanzas con sus bancos y empresas multinacionales se alimenta y beneficia de esta crisis. Los Estados muestran quiénes son sus dueños, los Señores de las finanzas.
Las finanzas son la savia o la sangre del sistema de mercado de la gran propiedad privada y de todos los medios de producción; si estas finanzas se hunden se colapsa el sistema. Esto es lo que predican los mismos Señores de las finanzas, sus servidores estatales, sus partidos, profesores, clero, y medios de comunicación. Por eso se apuntalan y avalan a los bancos, se les ofrecen empresas a precio de saldo, y se les permite succionar más plusvalía del trabajo. El negocio sigue suculento a cualquier precio para un poder económico más concentrado.
Botín lo dice claro desde su Santander. La crisis le va bien al Banco de Santander con inmensas oportunidades de negocio a precio ínfimo. Entre otras nimiedades el BCE le presta dinero al Santander al 1 % y Botín lo invierte en deuda soberana de los estados, incluido el español, al 3%, al 5% y al 7%, mientras retira el préstamo de dinero a las empresas débiles y con pocas expectativas de beneficios.
Se necesita subvertir el parasitismo financiero. La gente trabajadora ha de adquirir la conciencia de adueñarse de los frutos de su trabajo, de excluir el parasitismo, y apropiarse de los mecanismos financieros y de las empresas. La conciencia política trabajadora y popular ha de vislumbrar con su organización colectiva social e igualitaria restituir al trabajo lo que ahora usurpan las finanzas.
Con la crisis se opera una confrontación y una reestructuración dentro de las clases propietarias poderosas. Las medidas para salir de la crisis las dicta el mismo capital financiero que la ha provocado. Estas medidas no sirven para salir de esta crisis. Pero un sector, aunque pequeño, de las finanzas con sus bancos y empresas multinacionales se alimenta y beneficia de esta crisis. Los Estados muestran quiénes son sus dueños, los Señores de las finanzas.
Las finanzas son la savia o la sangre del sistema de mercado de la gran propiedad privada y de todos los medios de producción; si estas finanzas se hunden se colapsa el sistema. Esto es lo que predican los mismos Señores de las finanzas, sus servidores estatales, sus partidos, profesores, clero, y medios de comunicación. Por eso se apuntalan y avalan a los bancos, se les ofrecen empresas a precio de saldo, y se les permite succionar más plusvalía del trabajo. El negocio sigue suculento a cualquier precio para un poder económico más concentrado.
Botín lo dice claro desde su Santander. La crisis le va bien al Banco de Santander con inmensas oportunidades de negocio a precio ínfimo. Entre otras nimiedades el BCE le presta dinero al Santander al 1 % y Botín lo invierte en deuda soberana de los estados, incluido el español, al 3%, al 5% y al 7%, mientras retira el préstamo de dinero a las empresas débiles y con pocas expectativas de beneficios.
Se necesita subvertir el parasitismo financiero. La gente trabajadora ha de adquirir la conciencia de adueñarse de los frutos de su trabajo, de excluir el parasitismo, y apropiarse de los mecanismos financieros y de las empresas. La conciencia política trabajadora y popular ha de vislumbrar con su organización colectiva social e igualitaria restituir al trabajo lo que ahora usurpan las finanzas.
Ilustración de Max.
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