De Josep Ferrer Llop en sinpermiso 09/02/14.
La izquierda transformadora puede perder la oportunidad de
protagonizar un momento histórico de cambio de régimen. En la elección entre el
conservadurismo unionista y la doble ruptura, no debería tener muchas dudas.
La izquierda debe estar siempre junto al dominado. Para
afrontar el problema sin subterfugios, la izquierda debe empezar asumiendo que
estamos ante un conflicto entre naciones: entre la nación catalana y la nación
castellano/española. La plurinacionalidad del actual estado español tiene
raíces históricas, mil años atrás. Pero lo que más cuenta en estos momentos es
que, a pesar de los muchos avatares, el pueblo catalán sigue sintiéndose una
nación diferenciada y así lo ha expresado reiteradamente. No se trata, por
tanto, de un conflicto entre nacionalistas y no-nacionalistas, sino entre dos
nacionalismos enfrentados. (...)
No es creíble la alternativa federal mediante la reforma de
la Constitución. En particular, es desde la igualdad previa cuando pueden
plantearse estructuras auténticamente federales o confederales, nunca desde el
sometimiento de una de las partes. Una oferta de reforma federal partiendo de
la situación actual, condicionada al beneplácito de la parte dominante y
renunciando de entrada a que el minoritario tenga derecho a romper la baraja,
es claramente una oferta injusta. Además es totalmente inviable (...)
¿Apelar al sentimiento unionista? Quizá conscientes de la
debilidad argumental de esa tercera vía, vemos proliferar apelaciones a los
sentimientos unionistas. Por ejemplo, en la reciente visita de Susana Díaz a
Barcelona. (...)
Por la doble ruptura democrática. En cualquier caso, la
izquierda debe prestar especial atención al análisis de clase. Obviamente, la
independencia no va acabar con la política de recortes de Artur Mas, ni con la
de austeridad de Merkel. Pero parece claro que sitúa a las clases populares
catalanas en mejores condiciones para combatirlas. No sólo por proximidad, sino
porque el nuevo escenario político será probablemente más propicio a la
izquierda. En particular, la derecha verá minimizados sus argumentos
victimistas e identitarios, quedando más al descubierto su voluntad neoliberal.
De hecho ya en los últimos tiempos el centro de gravedad se
está desplazando hacia la izquierda moderada, y podría ir más allá si la
izquierda transformadora abandonara sus vacilaciones. El movimiento soberanista
popular busca liderazgos (...).
Para ello la izquierda transformadora debe abandonar sus
vacilaciones, salir del rebufo del PSOE y apostar decididamente por la doble
ruptura. La cerrazón de unos y la tibieza de otros nos han llevado a la
degradación económico-social y al enfrentamiento nacional. Se necesita una
alternativa que rehabilite internamente el estado y recomponga exteriormente
las alianzas con la nueva república catalana.
No sería la primera vez que ante una movilización popular
imprevista, a la izquierda le entra el vértigo del manual y se refugia en la
duda y la pureza. Así, esperando “su” revolución, se queda sin ninguna.
Josep Ferrer Llop, ingeniero industrial, es catedrático de
matemática aplicada y ha sido rector de la Universitat Politècnica de Catalunya
(UPC).
Ver el artículo completo en http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6669
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