Derrumbe geopolítico del régimen ucraniano:
defender las libertades democráticas y a la izquierda.
Después de tres meses de violentas
confrontaciones en Kiev entre la oposición y el Gobierno Yanukovich, que han
provocado decenas de muertos y cientos de heridos, el acuerdo alcanzado primero
entre la UE y EE UU de un lado y Rusia de otro, y más tarde entre los partidos
opositores del Consejo de la Plaza Maidan y el Gobierno, ha acabado provocando
la descomposición del Partido de las Regiones, el derrumbe del Gobierno y la
huida de la capital del Presidente Yanukovich, destituido a continuación por el
Parlamento ucraniano.
El pacto alcanzado implica la retirada de
policías y manifestantes del centro de Kiev, la restauración de la Constitución
de 2004 a favor de un régimen parlamentario, la formación de un gobierno de
unidad nacional de transición y la celebración de elecciones presidenciales
antes de fin de año. Tras meses de un pulso geoestratégico entre la UE y Rusia
por ampliar sus zonas de influencia y sus modelos de integración económica
regional en Ucrania, que ha enfrentado a las distintas oligarquías rusófobas y
ucranófonas que controlan el país, el gobierno central, que tenía que ser
garante del proceso pactado, ha sido la última víctima, dejando a Ucrania en el
caos.
El principal responsable de esta
situación es el propio Yanukovich y su estrategia suicida de provocación,
utilizando a los francotiradores de la policía contra los manifestantes de Maidan,
para involucrar al ejercito en la gestión de un estado de excepción que volcase
el pulso geoestratégico a su favor y controlar la aplicación del pacto. Su
victoria ha sido pírrica y hoy se le busca por asesinato.
El derrumbe del régimen del Partido de las
Regiones, el principal instrumento político de la oligarquía rusófoba, deja el
escenario político en Kiev en manos de una oposición dominada por la derecha y
la extrema derecha nacionalista (y sus milicias fascistas). Pero en las regiones y ciudades de provincia
la realidad de la fractura lingüística y del control de las oligarquías locales
no ha variado sustancialmente. La falta de legitimidad del Parlamento de Kiev
-hasta el viernes con una mayoría del Partido de las Regiones, hoy de los partidos de la oposición que
defienden el acuerdo propuesto por la UE- deja la puerta abierta a un
recrudecimiento del pulso geopolítico entre los verdaderos centro de decisión:
Washington y Bruselas, por un lado, Moscú por otro.
Mientras se construye un nuevo consenso
oligárquico y se convocan las elecciones presidenciales antes de fin de año, el
principal peligro es que la heterogénea izquierda ucraniana se convierta en el
chivo expiatorio de la movilización de la extrema derecha en el centro y oeste
ucranófono del país y, sobre todo, en Kiev. Los ataques sufridos por militantes
y sedes del Partido Socialista, el Partido Comunista, los sindicatos oficiales
e independientes y la “Oposición de Izquierda”, exigen una campaña de
solidaridad de toda la izquierda europea y la defensa de las libertades
democráticas en Ucrania. Comunicado de La Aurora, organización marxista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario