El fenómeno de la juventud indignada en las plazas quinzemayistas nos ha ofrecido la oportunidad de aprender de un movimiento actual que sucedía ante nuestros ojos. Esto nos ha ayudado a dar unas vueltas en el caleidoscopio para adoptar una metodología, en la preparación del Congreso, más acorde con el proceso de politización iniciado desde la indignación y la rebeldía juvenil. Transparencia, representación fundamentada en la participación, elaboración de las premisas políticas y proceso dialógico de consenso. Funcionamiento
presencial y virtual. En este 20 Congreso el POR adapta su acción cotidiana y estrategia revolucionaria para establecer un vínculo idóneo entre las personas activistas de la indignación y la conciencia de la revolución. Una muestra de este proceso es, en la elaboración de la posición política, la igualdad de condiciones entre la afiliación del POR y la gente activista comprometida en las actividades a ras de suelo. Otra señal es la propuesta, después de 39 años, de cambiar el nombre de nuestra organización política.
El POR
El Partido Obrero Revolucionario de España nació con el
objetivo de convertir la caída del franquismo en la revolución proletaria. El
PORE (antecesor del POR) consideró en su fundación, el 15 de agosto de 1974,
que contribuiría al desarrollo revolucionario internacional en el seno de la
Liga Internacional de Reconstrucción de la Cuarta Internacional (LIRCI).
En el año 1970 se había iniciado la revista La Aurora para
construir la vanguardia obrera y revolucionaria en el Estado español. Proseguimos
con La Aurora, en formato web, en un proceso de adaptación a las necesidades de
las redes sociales y de la lucha política general.
Con La Aurora, y ya como POR, hemos confluido activistas,
dirigentes y tendencias del mismo tronco ideológico, entre las que compartíamos
la importancia de la naturaleza internacional de una organización marxista y
revolucionaria, pero de procedencias y tradiciones organizadas diferenciadas.
Esta comprensión más profunda nos ha llevado a dar todo el valor a la
experiencia revolucionaria que realizó el POUM. La herencia de esa tradición y
cultura política de partido genuino se proyecta de forma viva en la conciencia
trabajadora actual. Este legado surgido del POUM es sumamente útil para la
formación de las personas activistas jóvenes en un compromiso, coherencia y
credibilidad en una táctica unitaria y una
estrategia revolucionaria.
La posibilidad de revolución se frustró en una bastarda
transición a la monarquía parlamentaria, amañada e impuesta desde el capital
financiero español y europeo, incluidas las clases dominantes burguesa en
Cataluña y Euskadi, con la conciliación y participación del PSOE y el PCE-PSUC.
La Constitución española es la expresión magna en España del proceso de la
globalización internacional, acompañado del derrotismo de una izquierda que
cambió las proclamas republicanas y revolucionarias por un estatus en el
centralista orden bipartidista español, matizado por la estructuración regional
autonómica. El PSOE salió beneficiado y el PCE quedó relegado pero sin romper
la baraja.
En la actualidad
En el veinteavo congreso el objetivo o Misión de nuestra
tendencia ideológica y política es la acumulación de fuerzas, enraizadas en la
clase trabajadora, para construir una dirección política marxista en el Estado
español, con una estrategia revolucionaria y una orientación táctica unitaria,
con implicación en organización internacional. Esta tarea no la consideramos
como un desarrollo lineal del POR, sino que nuestra tendencia necesita
realizarla contribuyendo con otras organizaciones y corrientes revolucionarias
que se fundamentan en las mismas bases y principios ideológicos. Eso a escala
estatal e internacional. Para ser coherentes con esta orientación hemos de
transformar el mismo POR. Lo vamos a adecuar a la nueva función.
En el 2001 y el 2003 adoptamos la táctica de alianza entre
revolucionarios y reformistas para proceder a contribuir a resolver la tremenda
crisis que debilita a la población trabajadora, al sindicalismo y a los
partidos de base o vocación trabajadora. Justo es decir que la revolución no
estaba en la conciencia ni en las perspectivas de la población, ni de los
partidos políticos con cierta ascendencia sindical o ciudadana.
La crisis lo está trastocando todo. Las condiciones de vida
y de trabajo retroceden décadas. Los derechos y las libertades democráticas
establecidas, a pesar de sus patentes limitaciones, están siendo recortados. Los
ritmos de la lucha de clases acusan esta nueva situación. El bipartidismo se
erosiona acelerado. Se vive crisis económica, también se respira crisis
política. La Constitución ha envejecido y la mayoría de la población no se
siente representada. Las Autonomías se bloquean y se las re-centraliza. Un
movimiento de amplio calado se desarrolla en el País Vasco y en Cataluña. En la
Autonomía catalana está planteada la realización de una Consulta, según el
derecho a la autodeterminación, presionada por la reivindicación masiva de
Independencia y Nuevo Estado de Europa. En Cataluña es donde puede haber una
ruptura constitucional y del Estado, en el caso de proseguir el movimiento para
que la ciudadanía decida y, según el veredicto popular, se pretenda ejecutarlo.
Los Municipios están siendo objeto de un ataque a fondo por parte del Estado. A
miles de Ayuntamientos se les pretende condenar a desaparecer, y a los medios y
grandes a estar amordazados con la liquidación de sus servicios y hacienda. En
Europa los Sindicatos empiezan a hacer movilizaciones conjuntas. Syriza
propugna estrechar los vínculos de las organizaciones en el sur de Europa, con
los ojos puestos en el conjunto europeo.
Esta crisis necesita una formulación política al nivel
económico y social, y en la versión autonómica estatal. Necesitamos consolidar
con nitidez lo que nos planteamos hace dos años en nuestro anterior 19
Congreso.
El movimiento del 15 M y las magníficas Mareas movilizadoras,
junto a la presión y movilización sindicalista con varias huelgas generales,
permiten establecer la necesidad de una alianza o frente amplio de las
izquierdas trabajadoras, transformadoras y revolucionarías, con las Mareas, el
sindicalismo y multitud de organismos o plataformas locales.
Esta alianza tendría que extenderse también entre las
fuerzas federalistas españolas y de las autonomías, con las soberanistas e
independentistas de Cataluña, País Vasco, Navarra y Galicia. En el Estado y en
cada pueblo y nación existe la necesidad política de esa alianza para superar
la división de la población trabajadora por su pertenencia a una u otra nación.
La perspectiva de derechos europeos, con procesos
constituyentes nacionales, estatales y supra-estatales europeo, es la óptica
adecuada para la orientación política.
Son esas bases políticas y necesidad de alianzas que
muestran que el POR ha cubierto una amplia etapa y necesita abrir otra adecuada
a los retos actuales y novedosos.
Ahora se trata de que nuestra tendencia y organización
política contribuya a convertir la indignación, la resistencia y la rebelión frente
a la crisis en acumulación de fuerzas que forje alternativa política unitaria,
para abrir una perspectiva social en derechos y servicios, con procesos
constituyentes de libertades democráticas, en las naciones, en el Estado y en
Europa.
Qué se plantea y representa este Congreso
Un Congreso de un partido político es un hecho práctico que
podemos resumir en tres objetivos: a) definir una línea política, más genérica
o más concreta, sobre muchas cosas o unas pocas solas, con sus alianzas, principios
y programa, b) establecer como prosigue el funcionamiento, y c) elegir la
dirección de la organización.
Un Congreso no es ninguna revelación divina, donde se vaya a
clarificar lo que no es posible en este mundo o a hacer lo que no se tenga las
fuerzas, sea por las condiciones objetivas generales existentes o las
subjetivas propias de la organización.
En un Congreso de gente trabajadora, jóvenes, mujeres, cada
persona es útil con sus percepciones, sus experiencias y conocimientos, para
convertirlo en línea política del conjunto organizado de las personas
implicadas.
En las sesiones de DAFO* realizadas ha aflorado la fuerza
notable del POR en analizar las tendencias profundas de la lucha de clases, con
capacidad de convertirlas en una línea en la orientación política, que
amplifica la influencia, en contradicción con la dimensión organizada y
enraizada en la clase trabajadora.
En realidad, la esencia de la tendencia que denominamos POR
reside en el compromiso y la organización en torno tres elementos básicos, como
son:
a) una estrategia revolucionaria ante el poder político, la
propiedad de los medios de producción, financieros y del suelo, para forjar una
sociedad emancipada en lo social, nacional y de la mujer, es decir sin
explotación entre las personas, sin dominación entre los pueblos, sin dominio
patriarcal que supedita y discrimina a las mujeres. Fraternidad e igualdad
real. Un mundo y una sociedad que viva acorde con la naturaleza. Una realidad
vital muy distinta y en ruptura con las experiencias de la gestión del
capitalismo por parte del socialismo conocido, o de la dictadura burocratizada
destructora de la revolución y de la nueva sociedad, por parte del comunismo
oficial establecido desde la antigua URSS.
b) una táctica unitaria, con las correspondientes alianzas,
para conseguir agrupar y movilizar a la clase trabajadora y a la mayoría de la
población explotada, en la luchas y la consecución de los derechos, el trabajo,
los medios de vida y las libertades políticas.
c) una ideología social, colectiva y fraterna de la clase
trabajadora, de igualdad real, nutrida en las experiencias de la democracia
burguesa revolucionaria y madurada con las revoluciones y derrotas obreras que
han forjado unos principios y programa, en el que está inscrita la unidad
trabajadora, la independencia política de la clase burguesa y de su Estado.
Desde el POR queremos compartir y aprender para que la rebeldía
sea amplia y constructora. Rebeldía, fraternidad y compromiso revolucionario.
Asaltar el cielo
La gente joven que se politiza desea asaltar el cielo. Hacen
bien. Esta sociedad, su sistema económico y político, no corresponde a las
capacidades creativas y productivas revolucionarias que ha conseguido la
humanidad con su trabajo.
Para conseguir asaltar el cielo se necesita poner en
relación la táctica política unitaria, la acción mínima cotidiana, y la
estrategia revolucionaria. En las plazas se acuñó el lema muy acertado de
"Vamos despacio porque vamos lejos". Habría que complementarlo con
dos cuestiones. Que la suma de pequeñas cosas abona el terreno para los grandes
cambios, pero los cambios decisivos se realizarán cuando el poder político pase
de una clase social minoritaria a la clase trabajadora mayoritaria; este
traspaso de poder es el factor revolucionario; eso es lo que permite expropiar
a los poseedores del capital, de los medios de producción y del suelo. La
segunda cuestión reside en que hay que organizarse para conseguir cada cosa
cotidiana y prepararse para las rupturas revolucionarias.
Sin estrategia revolucionaria, y sin organización política
homogénea y firme, el asalto a los cielos se desvanece en consideraciones
morales huecas, sin capacidad para ganar en el choque inevitable con la clase
poseedora.
Para asaltar el cielo se necesita movimiento de masas amplio
y profundo, revolución, y uno o varios partidos dispuestos a asumir e ir a una
nueva sociedad con el poder revolucionario. También hace falta que quienes
detentan el poder político estén en franca bancarrota.
El futuro revolucionario se forja en las condiciones
objetivas cotidianas, con el nivel de conciencia colectiva existente, en la
naturaleza de la tendencia política que se construye, pues es con la que se
forman, educan y organizan las generaciones de sindicalistas, jóvenes y
mujeres.
Confluencia, fusión y renovación
En nuestro actual Congreso lo más decisivo es la confluencia
y la fusión entre personas activistas no afiliadas y las afiliadas. Se trata de
hacer confluir una influencia y posiciones políticas y sociales importantes. Es
decir una actividad práctica concreta, en lo que denominaríamos programa mínimo
(acción cotidiana, reformas, acumulación de fuerzas, alianzas, etc.), con la
construcción de tendencia de estrategia revolucionaria y perspectivas de una
sociedad sin clases, lo cual significa un norte u horizonte económico, social y
político, que denominaríamos programa máximo.
No proponemos entrar al POR, ni disolver el POR en el
movimiento. Promovemos compartir la elaboración de la definición de una
política y de un tipo de organización, su estrategia revolucionaria y su
táctica en las condiciones actuales existentes. No propugnamos “que vengan” o
“se incorporen” al POR, sino que se participe y se diga cada opinión sobre qué
y cómo se tendría que hacer. Proponemos la idea de confluir y de una fusión. Consideramos
que es a partir de ese proceso participativo que se va a formar el compromiso y
la conciencia revolucionaria.
Trabajamos con la convicción de que somos parte de la base
social trabajadora, con una concepción revolucionaria, desde la experiencia del
movimiento democrático, obrero y revolucionario; sostenemos la trayectoria de
La Aurora, y la elaboración y formación a través de la FSSF.
La tarea es la de profundizar con las personas, grupos,
asociaciones, organizaciones con las que compartimos la voluntad de una
transformación socialista de la sociedad: cambiar el actual modo de producción
y las relaciones sociales que se derivan; transformar la organización familiar
y las relaciones de género establecidas; cambiar las relaciones entre los
pueblos, con respeto de su identidad y estableciendo una relación entre
iguales. Promovemos la emancipación social, nacional y de la mujer.
Los síntomas son que pugna por abrirse una nueva etapa. Una
nueva generación de gente joven combativa y sindicalistas empieza a asumir el motor
de la lucha. Es obvio que tenemos que cambiar las formas, las palabras y las
propuestas de acuerdo con los intereses de esta nueva generación. A esta nueva
generación les corresponde llevar el peso y la iniciativa del proyecto
revolucionario. Por eso nos proponemos fundir con sus activistas, para que
sigan en el proceso de construir una nueva sociedad. Queremos cambiar la manera
de hacer política: la toma de decisiones, la gestión de los compromisos y las
responsabilidades.
La utilidad
En las sesiones DAFO* surgió también un sano abanico de
ideas centradas en asociar la necesidad de nuestra organización política en su
utilidad según sus fines.
Durante los últimos cinco años hemos descubierto una nueva
capacidad de nuestra tendencia, que le da valor y novedosa utilidad. A la
combinación de acción unitaria con perspectiva revolucionaria, se le ha añadido
el ser vehículo y fermento de diálogo multilateral entre tendencias sociales
revolucionarias. Un diálogo que permite generar unos puntos de fraternidad
revolucionaria y compromiso político mínimo. La experiencia del Diálogo de
Baztan** del año pasado abre unas expectativas de una confluencia que
contribuya a la orientación política, mucho más creativas que las relaciones
bilaterales.
El excelente resultado unitario de la labor de la Fundación
Andreu Nin, con el reciente homenaje a Andreu Nin en el Parlamento catalán, ha
concitado la participación de los partidos de las izquierdas con representación
parlamentaria, las extraparlamentarias, y las centrales sindicales. Todos han
contribuido y de cada componente es mérito haber conseguido este acto político.
Sin la amplia participación, y sin el contenido de cada posicionamiento
político de esas organizaciones no hubiera sido realmente unitario y
provechoso.
Anoto que ha habido dos factores que han permitido esa
cristalización. El primero es la pequeña y frágil unidad entre la extrema
izquierda que vive y representa la llamita de la Fundación Andreu Nin, en torno
a la tradición y herencia del POUM. El segundo, disponer de un diputado
revolucionario, David Companyon***, que se comprometió y favoreció que el
homenaje pasara de ser una idea a una opción política real. La decisión de
colgar un cuadro de Andreu Nin en el despacho del diputado, secretario cuarto
de la Mesa del Parlament de Catalunya, condujo a la autorización del acto por
parte del Parlament y a su organización por la Fundación Andreu Nin. Como
bromeó David Compayon al colgar el cuadro, valoramos la utilidad de un
diputado, para la memoria histórica y las lecciones revolucionarias actuales y
de futuro.
Wilebaldo Solano, sentado. |
El futuro revolucionario necesita de forma vital de las
raíces y de las experiencias actuales y de la historia. Nuestra tendencia,
junto con otras de la misma naturaleza revolucionaria, seremos más útiles al
proceso de politización de las personas activistas de la indignación,
sindicalistas y mareas, con la investigación, la formación e innovación, desde
lo que representaron revolucionarios y revolucionarias como Andreu Nin, Joaquín
Maurín y Mika Fildman de Etchebéhère con el POUM, en la lucha por la revolución
española y sus comités, por la República contra el fascismo de Franco, y
también con su oposición al termidor soviético estalinista.
El nombre
Nos hemos planteado el cambio de nombre para adecuar la
imagen y expresión de nuestra organización política, el POR, a lo más idóneo a
la confluencia y fusión que estamos realizando con otras personas activistas,
para cimentar la renovación con una ampliación de las fuerzas resultantes y el
proceso generacional.
Hemos reflexionado que conviene que sea un nombre
comprensible y lo más abierto posible para la gente joven, que indicara
movimiento y compromiso, de activistas de diferentes procedencias, reflejara
una relación con los procesos de politización en curso, con la convicción de
que será transitorio pero que refleje ilusión en la lucha y la revolución y
perspectiva de futuro. Vemos que no son adecuados nombres rimbombantes sobre lo
que somos, en lo que nos basamos o en lo que queremos ser y hacer; pues la
comprensión de muchos nombres clásicos y explicativos, está teñida de prácticas
políticas que lamentablemente empañan su imagen a los ojos de la población en
general, y de la clase trabajadora y juventud más en particular. Desde hace dos
décadas los nombres de nuevos movimientos y organizaciones son diferentes, por
una parte más imprecisos y genéricos, tanto en su contenido social como
ideológico, pero por otra expresan un voluntad de ruptura con políticas y
partidos que olvidan rápidamente su programa, propuestas y la base social de la
que proceden, para pasar a adaptarse y a conciliar con los poderes económicos y
estatales dominantes.
Ciertos temores lógicos a que un cambio de nombre fuese un
paso a una disolución corresponde a las "Amenazas" del método DAFO*.
En este sentido hay que plantearse que un cambio de nombre ofrece unas
magníficas "Oportunidades" para resaltar las "Fortalezas"
que disponemos, procedentes de nuestros principios y de la óptica estratégica
revolucionaria, junto a la táctica unitaria (de frente único) de una tendencia
basada en la revolución y en la clase obrera, y en la práctica concreta.
Hay consenso general en cimentar la continuidad
revolucionaria en la expresión de la revista y web La Aurora/L'Aurora, con los
principios básicos marxistas y de clase trabajadora de nuestra Fundación.
La idea con estos criterios es adoptar un nombre resumido en
una sola palabra que pueda reflejar y representar un concepto. El Congreso es
quien delibera, comparte, consensua y decide.
Francesc Matas Salla
Los días 5, 6 y 7 celebramos el 20º congreso del POR en
Barcelona.
En la Nau Ivanow. c/ Honduras, 28-30. Barcelona. Metro
Sagrera.
* DAFO, Acrónimo de Debilidades, Amenazas, Fortalezas,
Oportunidades.
** Diálogo de Baztan:
*** David Compañon, diputado de la coalición ICV-EUiA, por
la parte de EUiA, miembro del POR, secretario cuarto de la Mesa del Parlament
de Catalunya.
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