La corrupción desgasta, pero el Poder aguanta. Las denuncias judiciales desgastan, aplazan crisis pero no la evitan, lo fundamental, lo que está a la orden del día es construir alternativa política unitaria de izquierdas. Esa es el contenido de la Carta de La Aurora.
Una crisis de régimen judicializada. La
crisis del régimen monárquico constitucional de 1978 sigue profundizándose día
a día. Su motor es la crisis económica agravada por la austeridad neoliberal,
que solo ha conseguido 26% de paro, 21,6% de pobreza y una caída del PIB del
-1,8%. Como consecuencia de la crisis de la economía real, que ha estallado la
burbuja inmobiliaria, la conversión de la deuda privada de la banca en deuda
pública, negociada por el Gobierno Rajoy con la Unión Europea, ha
costado a los ciudadanos más de 40.000 millones de euros. La crisis de
financiación de las autonomías ahoga en recortes los hospitales y la enseñanza
pública, mientras los “hombres de negro” se preparan para privatizarlas. La
corrupción, que es un aspecto consustancial al capitalismo oligárquico de
amiguetes de la Transición
que ha provocado la crisis, llena todos los días las portadas.
Sería cómico si no fueran tan trágicos
sus efectos sociales: cuatro denuncias de Bárcenas contra el PP contra tres del
PP contra Bárcenas. La única respuesta a la corrupción de los corruptos es
ganar tiempo judicializando y llevando a los tribunales las consecuencias de
sus propias decisiones políticas.
Pero con ello no están pudiendo frenar la
crisis del régimen, de una monarquía impuesta en 1978 sobre la base de la
negación del derecho a decidir sobre el modelo social, la nación o la forma de
estado. Una crisis que ya solo puede tener salida en el ejercicio en todos los
terrenos de ese derecho a decidir, secuestrado por los “poderes fácticos” y la
apertura de nuevos procesos constituyentes.
¿Cómo podrá sobrevivir la Corona a la condena de
Urdangarín? ¿No había ligado Rajoy su fututo político a la inocencia de Bárcenas?
¿Durán i Lleida a que no fuera imputado en el caso Pallerols? ¿Los hermanos
Pujol a la ITV
catalana? Todos los días se destapan nuevos casos, en un régimen que puede
vender por 1 euro el Banco de Valencia, saneado con 6.000 millones públicos, a
Caixabank para ganar las lealtades de la burguesía catalana.
Para cortar con todo ello es necesaria
una alternativa política unitaria de izquierdas, la alianza de federalistas y
soberanistas, y decir en la calle: ¡Basta!
Nafarroa. El Gobierno Foral de UPN en
Navarra, apoyado en los votos del PSN, sufre de la misma enfermedad terminal
que afecta a la derecha en otras autonomías: corrupción. Como ha denunciado la ONG Kontuz, la quiebra por su pésima gestión de la Caja de Ahorros de Navarra no
era obstáculo para el cobro de escandalosas comisiones por parte de los
consejeros designados por el Gobierno Foral. Las corruptelas de la Caja Navarra están en los
tribunales. Pero UPN sigue, con apoyo del PSN, sin dar explicaciones en el
parlamento navarro. La crisis de gobierno es imparable y Rubalcaba ha tenido
que visitar Pamplona para disciplinar a un PSN que no quiere ahogarse
electoralmente en el mismo barco que UPN, la marca blanca del PP en Nafarroa. Ha
llegado la hora de una alianza de izquierdas y soberanista en Nafarroa, ha
llegado la hora de la Syriza
navarra.
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